Se ha hecho esperar tanto que hasta el obispo animó a los guadalajareños, hace ya bastantes días, a rezar para llegara. Y este sábado lo ha hecho: una lluvia casi tormentosa a ratos pero que no tendrá continuidad en los próximos días.
Lo que ha caído en las primeras del 22 de abril de 2023, más de 10 litros por metro cuadrado, ha servido para echar la palomina acumulada de los canalones a las calles, limpiar las atarjeas y dudar de alguna que otra alcantarilla, predestinada al atranque.
También ha servido para meter a la ciudad de Guadalajara en el «top ten» peninsular de las precipitaciones caídas en los albores de esta jornada, en pugna con la sierra de Madrid y con las localidades que se pueden comprobar en la siguiente relación:
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunciaba para este sábado en Castilla-La Mancha cielos nubosos a primeras horas, abriéndose claros de oeste a este, con algunos intervalos de nubosidad de evolución aunque predominando los cielos poco nubosos por la tarde.
Se esperaban lluvias débiles y chubascos dispersos, ocasionalmente tormentosos de madrugada en la mitad oriental, que es lo que en esencia ha ocurrido.
Las temperaturas mínimas irán en ascenso en zonas de la Alcarria. Los termómetros oscilarán entre 10 y los 22 grados en Guadalajara.
Y luego, hasta bien entrado el mes de mayo, ni rastro de nuevas lluvias.
