La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete tiene previsto juzgar este lunes, 29 de junio, a un acusado de, presuntamente, maltratar habitualmente a su pareja sentimental en la localidad de Casas Ibáñez. En concreto, el acusado se enfrenta a los presuntos delitos de maltrato físico y psíquico habitual en el ámbito familiar, injurias, coacciones en el ámbito familiar, maltrato de obra en el ámbito familiar, detención ilegal y daños, por lo que la Fiscalía pide para él una pena de 10 años y 10 meses de cárcel.
En el escrito de la Fiscalía, recogido por Europa Press, se expone que el acusado mantenía una relación sentimental con la víctima, en la localidad de Casas Ibáñez (Albacete), en la que el varón, prácticamente desde el inicio de la relación –fecha que se desconoce–, mantenía una atmósfera de violencia, control, menosprecio y humillación, además de una actitud agresiva, celosa y controladora.
Según el fiscal, las discusiones entre el acusado, D.M.M., y la víctima, A., eran constantes, llegando a sufrir la mujer malos tratos cada dos o tres días, consistiendo los mismos en agresiones físicas en las que propinaba a su compañera sentimental patadas, puñetazos y estirones de pelo, golpes en la cara y agresiones psíquicas como insultos y vejaciones.
Asimismo, la Fiscalía recoge que el acusado trataba de justificar su actitud culpabilizando a la mujer, exponiéndole que los motivos por los que le agredía era porque le ponía nervioso y «se rayaba».
A las descalificaciones, el fiscal ha añadido que el acusado mantenía una continua actitud de control y vigilancia sobre la víctima, controlándole incluso conversaciones y mensajes, con quién se relacionaba y la cuenta bancaria en la que A. era titular.
ACTOS CONCRETOS DE VIOLENCIA FÍSICA Y PSÍQUICA
En otro orden, como actos concretos de violencia física ejercidas por el acusado D.M.M. sobre A., se señala que el 10 de abril de 2019, –una semana antes de interponer la denuncia–, durante una discusión, el acusado le propinó a la víctima un puñetazo en el antebrazo y varias patadas en el costado que le ocasionaron diversos hematomas en los brazos.
El día 15 de abril de 2019, el acusado regresó al domicilio en el que convivían ambos, con intención de mostrar su molestia a A., que se hallaba hablando con su madre por teléfono. Comenzaron una discusión en la que el acusado tenía ánimo de mostrar su superioridad frente a la víctima y procedió a cerrar por dentro con llave la puerta de la vivienda, escondiendo posteriormente las mismas.
Tras esconder las llaves, el acusado comenzó a arrastrar a la víctima por el suelo, retirándose esta a la cama en la que el acusado se metió con ella comenzando a darle codazos, al tiempo que la menospreciaba.
La víctima consiguió irse a otra habitación pero el varón la siguió para continuar golpeándola, propinándole puñetazos y patadas por todo el cuerpo, llegando incluso a arrancarle varios mechones de pelo.
A pesar de que la víctima le rogó al acusado en varias ocasiones que le permitiera salir de la vivienda, este se negó, así como tampoco le permitió usar el teléfono. No obstante, alrededor de las 5.00 horas del 16 de abril de 2019, A., consiguió hacer uso de un teléfono y efectuó una llamada al 112 solicitando auxilio.
Instantes después se personaron en el domicilio hasta dos dotaciones de la Guardia Civil, quienes intentaron abrir la puerta y pidieron al acusado que la abriera. Este se negaba mientras empujaba a la víctima y le obligaba a decir a los agentes que se fueran porque no pasaba nada.
Como consecuencia de esa noche, A., sufrió lesiones en el cuello, tórax, abdomen y extremidades, herida en mucosa de labio inferior y fractura de la octava costilla izquierda, por la que requirió de una primera asistencia facultativa.