Un amable lector nos ha hecho llegar a LA CRÓNICA el vídeo que se acompaña. En esta casa, como somos muy respetuosos con el confinamiento perimetral municipal y no tenemos corresponsal entre los buitres de aquellos roquedos, nunca habríamos sido capaces de grabar esas imágenes.
Antes de que alguno se ponga exquisito con la factura técnica del material, recordemos que hace décadas hubo en TVE un rumano llamado Valerio Lazarov que, aun moviendo la cámara con mayor frenesí incluso, resultó ser el colmo de la modernidad para el tardofranquismo patrio. ¡Como para no mover la cámara del móvil con la emoción que provoca el desparrame de la naturaleza en la Cascada del Gollorio, que es como se llama ese paraje!
La puñetera «Filomena» trajo muchas molestias y algunas ventajas, como el agua en la que se ha convertido la nieve que cayó.
Ojalá también se fueran cauce abajo el virus y algunos bípedos molestos. Pero va a ser que no.
Al menos, nos queda el espectáculo. Nosotros ya lo hemos disfrutado…