Sabemos que estas temiéndote lo peor: ha pasado ya casi un año desde la última cena del año. Sí, esa en la que casi se te atragantan las uvas entre medias de la penúltima discusión con tu cuñado, terrible velada llena de "maravillosas" odiseas familiares. Pues si quieres cortar de raíz la posibilidad de repetir un panorama semejante, haz caso de IDEAS PARA VIAJAR y vente p'al Japón. Y no se lo digas a tu cuñado hasta que vuelvas, claro.
El 1 de mayo de 2019 marcó el inicio de la Era Reiwa (Hermosa Armonía), con el ascenso al trono de Su Majestad Imperial Hiro-no-miya Naruhito Shinnō. Por tanto, este será el primer Fin de Año de la presente era en Japón, algo para lo que los japoneses se preparan con esmero.
Diciembre es especialmente importante en la cultura japonesa. Aunque no celebran la Navidad, durante todo el mes los japoneses realizan los preparativos para vivir el Oshogatsu o Año Nuevo japonés, que transcurre entre el 28 de diciembre y el 5 de enero.
De forma paralela a las fiestas occidentales, el Oshogtasu sirve para que el pueblo de Japón se reúna con sus familiares y amigos cercanos. Durante estos días degustan distintos tipos de platos propios de este mes. Las comidas más populares son las osechi ryori, cajas artesanales de cocina tradicional, con estructuras similares de los bentō, que contienen manjares de estos días. Pero, además, las cenas de esta época incluyen la sopa ozoni y el soba de Toshikoshi. Ambos son bastante importantes, ya que su ingesta simboliza la marcha de todas las cosas malas que pasaron el año anterior y la atracción de la buena fortuna.
Entre otras tradiciones propias de estas fiestas, destaca también el envío de las nengajo de Año Nuevo, cartas o postales de felicitación que se compran o se realizan a mano y que son destinadas tanto a la familia como a los amigos más íntimos. Estas han ido ganando popularidad en formato digital con el tiempo, aunque la entrega postal sigue persistiendo, siendo una costumbre muy arraigada que realizan todos los japoneses.
El componente religioso también está muy presente. Así lo demuestra las kadomatsu y shimekazari (talismanes de la buena suerte, que expulsan a los espíritus malignos), que se cuelgan en las entradas de casas y comercios, y el Hatsumōde, la primera visita anual a los santuarios sintoístas, con el fin de conseguir el favor de los dioses para el resto del año entrante. Uno de los lugares de culto más populares en Tokio es, precisamente, el santuario de Meiji Jingu, donde se da la bienvenida al año con campanadas y oraciones con las que atraer la buena suerte y salud.
J-Culture Fest: La máxima expresión de la cultura popular japonesa
Tokio se enorgullece, además, de ser la sede de uno de los más importantes festivales culturales de Japón: El J-Culture Fest. Como cada periodo de Año Nuevo, el Foro Internacional de Tokio es la sede donde se desarrolla esta magnífica celebración de la cultura y de la identidad japonesa, recomendada a aquellos que busquen descubrir el rostro tradicional del país.
La premisa del J-Culture Fest es bien sencilla, ya que exhibe las múltiples facetas del arte y de la cultura del país, en forma de conciertos y kyōgen (obras teatrales de comedia), interpretadas por actores y actrices populares nipones. Junto a estas representaciones, también desarrolla un Parque Temático de Año Nuevo en el que se llevan a cabo numerosas actividades. En ellas, los visitantes pueden probarse kimonos y armaduras samuráis, aprender y practicar Shodō (caligrafía), jugar a juegos de mesa típicos y participar en talleres artesanos de creación de elementos tradicionales como abanicos o paletas hagoita.
Una de las características principales del J-Culture Fest es que cambia radicalmente de una edición a otra, de forma que ninguna es igual a la anterior. Este año, en concreto, se llevará a cabo una obra kyōgen, además de un concierto de wadaiko (tambores japoneses) y talleres de trenzado japonés y fabricación de dulces y una ceremonia del té.