Como viene informando LA CRÓNICA desde primeras horas de la mañana del jueves, Castilla-La Mancha ha estrenado la pasada medianoche nuevas medidas contra el avance del coronavirus. En lo esencial, suponen volver a las restricciones en los términos conocidos antes del 18 de enero, aunque con alguna notoria novedad.
Entre esas innovaciones, la Junta de Comunidades vuelve a intentar tener control de los clientes de bares y restaurantes mediante un código QR.
CONSIGUE EL CÓDIGO QR DÁNDOTE DE ALTA EN ESTE ENLACE.
Garantizar la «trazabilidad» de los clientes
El propio consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha argumentado que, para evitar en la medida de lo posible una transmisión comunitaria y la expansión del COVID-19, «es preciso adoptar medidas de control respecto de las actividades en el sector de las actividades de ocio, hostelería y restauración, así como en los que se celebren eventos y actividades multitudinarias».
Según se destaca desde la Junta de Comunidades, «dicha aplicación permitirá reforzar la trazabilidad de los contactos en los bares, restaurantes y resto de establecimientos de hostelería, facilitar y activar el inicio de las labores de rastreo por parte de la autoridad sanitaria en caso necesario».
Ya se presentó en agosto, aunque no se llegó a utilizar
Ahora se vuelve a anunciar la exigencia de la aplicación Ocio Responsable en Castilla-La Mancha, que ya estaba diseñada hace meses y que no se pudo llegar a implantar por coincidir la fecha elegida para ello con una de las crisis en la pandemia, que implicó la clausura total de algunos de esos negocios. Inicialmente estaba pensada sólo para los locales de ocio nocturno, que se cerraron en agosto pasado y que no han vuelto a la actividad.
Si se repite lo dicho en su día, y de lo cual informó oportunamente LA CRÓNICA, se exigirá a los clientes el uso de una aplicación específica para el móvil. Esta “app” fue desarrollada antes del verano por el Gobierno autonómico. A través de un código QR personalizado, todo los presentes en esos establecimientos quedan fichados y pueden ser localizados en el caso de que aparezcan posibles brotes de coronavirus. El anuncio de ese dispositivo informático coincidió entonces, precisamente, con el cierre de «Volvoreta», en la calle Bardales de Guadalajara.
Código QR
Según lo planteado entonces, cada usuario tiene que conseguir su código QR tras entregar una información “mínima e indispensable” que permita identificar a este ciudadano en el caso de tener que establecer protocolos de rastreo. Para darse de alta, hay que descargar la aplicación e introducir los datos.
Igual de intuitivo sería el proceso para dar de alta a un local de ocio para poder gestionar los accesos. Los responsables del control de acceso escanearán el código QR personalizado de cada cliente para poder almacenar la información de la hora de entrada en los servidores del Gobierno autonómico, sin que los propios locales tengan acceso a ninguna información.
Apoyar a la autoridad sanitaria, cumplir con el reglamento de protección de datos y conseguir una gran facilidad de uso fueron las tres premisas a la hora de desarrollar esta aplicación, según explicó en rueda de prensa el director general de Administración Digital, Juan Ángel Morejudo.