El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado partidario de aprovechar la coyuntura política actual para que cristalicen tres grandes pactos de Estado entre PSOE, PP y Ciudadanos, como son cambiar la normativa para poder hacer presupuestos con carácter plurianual, blindar la Constitución para que no pueda ser cambiada sin un gran consenso o facilitar que en caso de bloqueo pueda gobernar la fuerza más votada, como ocurre en la Comunidad Autónoma.
Así lo ha puesto de manifiesto durante un desayuno informativo organizado por el grupo Promecal, donde ha insistido en la idea de poder elaborar Presupuestos Generales del Estado más allá de un ejercicio como ocurre en la Unión Europea, "donde hay un marco presupuestario a varios años y luego se va ajustando año a año".
Sería un cambio que "no requeriría cambiar la Constitución" y conseguiría que las cuentas "no estén pendientes no solo de 10 independentistas, sino de algunos partidos que cuanta menos población tenga su provincia más fácil tiene conseguir representación".
Como segundo pacto, ha considerado que este es "el peor momento para abrir melones constitucionales" por la poca estabilidad. Así, esta inestabilidad tiene "algo bueno", y es que "nadie es capaz de abrir un debate constitucional".
En este punto, ha propuesto que la Constitución no pueda cambiar si no hay un gran consenso. "Hay una parte de la Constitución que se puede aprobar con menos mayoría que la que se requiere para la investidura".
El tercer pacto propuesto por García-Page pasa por conseguir que, en caso de bloqueo parlamentario a la hora de acordar una investidura, pueda gobernar la fuerza más votada, al estilo de lo que ocurre en Castilla-La Mancha.