El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha establecido una versión canónica sobre cómo deben entenderse sus palabras del pasado sábado en las que sugería que, en caso de llegar una nueva ola de coronavirus una vez desactivado el estado de alarma, a «algunos» podría suponerles un «adiós».
Page ha sostenido este 12 de mayo que en lo dicho el pasado día 8 en ningún caso se refirió a nadie del Gobierno estatal. Como refuerzo de su argumento apunta que ese adiós podría ser, por ejemplo, «al verano, si no nos ponemos las pilas».
En entrevista con la Cadena COPE, ha reiterado este miércoles, cuatro días después de la primera intervención, que en esa alusión no mencionó al Gobierno. «Ojalá todo hubiera dependido estrictamente del Gobierno», ha apuntado García-Page ahora, recordando la «cantidad de debates parlamentarios» con posturas «inconcebibles» de la oposición para intentar prolongar periódicamente el estado de alarma.
«Si se produce una gran ola ahora que no tenemos estado de alarma, a lo mejor habrá que decir algún adiós, a lo mejor al verano, pero no tanto a alguna persona», ha abundado.
Page recuerda que quería más tiempo
El problema para García-Page es que el debate parlamentario «ha estado por debajo de las urgencias de la ciudadanía», ha lamentado, recordando su sugerencia de cambiar la legislación para, en caso de futuras pandemias, poder habilitar normativa que permita a las comunidades autónomas actuar más allá del paraguas del estado de alarma. «Habrá que hacer una reflexión».
Tras volver a lamentar que ese estado de alarma no se haya prolongado durante «un mes o un mes y medio más», ha defendido la «actitud de colaboración» que a su juicio han mantenido las comunidades autónomas en todo momento con el Gobierno estatal.