Ha llegado el día. La alcaldesa de Guadalajara cierra este lunes la ronda de encuentros del presidente regional con los responsables de las capitales de provincia de Castilla-La Mancha. Ana Guarinos será la última en verse con Emiliano García-Page para ese propósito. La víspera, la popular se acordaba de su anfitrión en su arenga en la manifestación de la Plaza de Santo Domingo, apelando a su responsabilidad (y a la de «sus» diputados socialistas en el Congreso) para que no queden impunes los delitos de los independentistas catalanes. Pero este 13 de noviembre, Page y Guarinos –o Guarinos y Page– deberían hablar, más que de eso, de otras cosas más locales.
El motivo de fricción más inmediato ha sido la constatación de que varios proyectos de la Junta en Guadalajara se han caído de los presupuestos regionales para 2024. El más notorio es el de la reforma de la Estación de Autobuses, que el propio García-Page presentó ante Alberto Rojo hace casi un año y para el que no habrá fondos públicos, al menos, hasta 2025. Tampoco se acometerá la biblioteca del Fuerte ni el traslado a esas mismas naves de las escuelas municipales.
Además, Guarinos puede que le recuerde al presidente de Castilla-La Mancha el desdoblamiento de la CM-101 desde Guadalajara a Humanes, la nueva Residencia de los Olmos, las obras del Campus universitario de ‘Las Cristinas’, el Centro de Salud de los Valles, el nuevo Instituto en Aguas Vivas o el proyecto del Parque Científico y Tecnológico de Guadalajara.
De lo que resulte de esta reunión tendrán cumplida cuenta los lectores de LA CRÓNICA una vez que concluya.
Un encuentro más que en diferido, muy demorado
Según pudo confirmar LA CRÓNICA, hace tres semanas aún no había fecha cerrada entre Alcaldía y Presidencia para celebrar ese encuentro, que no está exento de un cierto morbo dada la personalidad de los interlocutores que, además, se conocen sobradamente.
Según informó en su día este periódico, Guarinos solicitó por escrito el 12 de julio pasado esta reunión entre ambos cargos, en la que poder abordar diversos temas. La petición se conoció bien entrada la tarde, por testimonios del entorno de la alcaldesa y sin que se hiciera público el documento, horas después de que el presidente regional se desplazara hasta Guadalajara para asistir a la toma de posesión de José Luis Escudero como delegado de la Junta… en un acto en el que no estuvo la alcaldesa.
Mucho ha llovido desde que el 8 de septiembre fuera recibido en Fuensalida Carlos Velázquez, alcalde de Toledo y primero de la serie.
Dos viejos (o no tan viejos) conocidos
La actual alcaldesa de Guadalajara tiene tras de sí, a lo largo de todo este siglo, una larga carrera política que inició como concejala en Molina de Aragón y que le ha llevado a presidir su partido en la provincia, presidir y vicepresidir (eso, por imperativo naranja) la Diputación, ser concejala en la capital y, en los últimos años, mantener una intensa agenda en Toledo como vicepresidenta segunda de las Cortes de Castilla-La Mancha, por debajo de Pablo Bellido en el escalafón.
Mucho más dilatada es la carrera de García-Page, aunque sea sólo un año mayor que la molinesa. Tras sus ocho años al frente de la Junta de Comunidades, muchos olvidan que antes fue concejal toledano, diputado regional, senador, consejero en tres departamentos diferentes y vicepresidente… y alcalde de Toledo antes de suceder a Cospedal.
Con todo ese bagaje detrás, más el perfil de ambos y con las polémicas recientes no extraña que la expectativa puesta en ese encuentro sea alta, por más que quizá termine como una mero acto protocolario. O no.