Como viene señalando LA CRÓNICA, desde hace algunos meses la maquinaria preelectoral se ha acelerado sobremanera en Castilla-La Mancha, ante lo incierto del resultado final. Y no porque haya dudas de que García-Page será el ganador en mayo de 2023, sino porque el PSOE necesita imperativamente revalidar su mayoría absoluta para seguir al frente de la región… y eso, los sucesivos sondeos lo ponen en duda. Algunos hechos que se van sucediendo, como la omnipresencia de Page en Guadalajara se explican, también, con esas claves.
Esta vez ha sido un diario tan en línea con el presidente de Castilla-La Mancha como es «El Mundo» el que ha publicado, este lunes, una encuesta igualmente inquietante, tanto o más que las anteriores, para sus intereses. Se realizó entre la tercera y la cuarta semana de este mes de noviembre y pone a los socialistas en el filo de la navaja, con 16 ó 17 diputados, en un parlamento regional que tiene 33 escaños desde la etapa de Cospedal. En 2019, el PSOE obtuvo 19, frente a 10 del PP y 4 de Ciudadanos.
Con esa previsión, el PP de Paco Núñez no ganaría, pues se quedaría lejos de la mayoría, con 14 ó 15 diputados, pero Vox le podría dar el apoyo necesario, en las condiciones que se pactaran. De lo que no hay dudas es de que Ciudadanos ya no estará en el antiguo convento de San Gil y Podemos, tampoco.
El conocimiento popular ¿importa?
El amplio desconocimiento que se tiene en Castilla-La Mancha del líder del Partido Popular parece ser, antes que un inconveniente, una ventaja. Núñez se la juega a que una ola de ámbito nacional le lleve al Palacio de Fuensalida, apoyado sobre todo en las referencias que para su electorado supone Madrid y Díaz Ayuso, junto con la algo más lejana experiencia de Andalucía. Desde la dirección nacional del PP habrían sugerido esa estrategia.
La alternativa de García-Page es, viene siendo desde hace meses, desmarcarse de Pedro Sánchez y la deriva socialista en la política nacional. A eso atribuyen desde Toledo la actual pérdida de 5 puntos porcentuales en la expectativa de voto y no a la gestión autonómica, que consideran ha sido más que adecuada, al igual que lo que transmite el candidato (que todavía no lo es). De hecho, de entre los encuestados sólo un 16,5% considera que el Ejecutivo de García-Page lo está haciendo «mal» y apenas un 7% cree que «muy mal», al tiempo que para un 31,4% se está gestionando «muy bien» y un 35,1% opina que «ni bien ni mal».
Vox y el recuerdo de Podemos
Vox, que hace un año se veía como un factor negativo por el PP, aparece ahora como un elemento propiciador del relevo en el Gobierno de Castilla-La Mancha: antes amenazaba claramente con dividir el voto; ahora, en su continuado «desinfle» de expectativas, todavía sirve para dar la mayoría, inalcanzable de otro modo. Podría repetir una situación ya vivida en la capital regional: con 2 escaños, ser la clave para cerrar un acuerdo de legislatura. El anterior partido que se encontró con semejante prevalencia, y la aprovechó sobradamente, fue… Podemos, en las antípodas ideológicas.
El vicepresidente no se cree la encuesta
Sobre los resultados electorales en Castilla-La Mancha, según la encuesta de SIGMADOS para El Mundo, el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, ha recordado que esta empresa “ha acertado pocas veces” en sus encuestas con el resultado que posteriormente dan las urnas en Castilla-La Mancha. “Estoy convencido de que el PSOE volverá a tener mayoría absoluta”, ha asegurado.
También se ha mostrado convencido de que los ciudadanos de la región van a respaldar de manera clara a Emiliano García-Page para que siga siendo el presidente de Castilla-La Mancha. “Hay que trabajar para que eso sea una realidad y desde el Gobierno lo venimos haciendo desde el principio, cumpliendo los compromisos adquiridos con las ciudadanía de Castilla-La Mancha, garantizando la prestación de servicios públicos y sentando las bases para el desarrollo económico de la región”, ha señalado.