«Las aguas empiezan a volver al cauce, hoy podemos decirlo en sentido más literal que nunca» ha resaltado un Emiliano García-Page muy satisfecho este martes, desde Sacedón. «Es un salto de gigante». Lo hacía tras confirmarse el nuevo rumbo que ha tomado la gestión, desde el Estado, del Trasvase Tajo-Segura.
El presidente de Castilla-La Mancha considera que el «Memorándum de la vergüenza», en alusión al que se aplicó durante el mandato de Cospedal, está desde este momento «definitivamente enterrado» y ha resaltado la «lámina de agua creciente en los pantanos de cabecera» que considera ya se va apreciando.
«Le hemos dado un apretón muy grande. Otro apretón más y estará resuelto el problema», ha resumido. Su único temor, según ha expresado es que triunfaran «planteamientos muy extremistas, muy radicales que seguramente se presenten a las elecciones», en alusión a algún partido al que no ha citado por su nombre.
«Quiero hacer un ofrecimiento de entendimiento» ha llegado a plantear en sus declaraciones de este 3 de mayo desde Sacedón el presidente regional, asumiendo que en los próximos días abundarán las opiniones discrepantes con su criterio.
«No veo otro camino que se ratifique en el Consejo de Ministro» el texto del nuevo documento regulador ratificado en el Consejo del Agua, ha insistido García-Page, quien abunda en la necesidad de apostar por la desalación en el Levante, con mención expresa de la planta de Torrevieja (Alicante). «Todos debemos buscar el bien conjunto, no queremos faltar al respeto» ha insistido, en alusión a los receptores del agua del Trasvase.
Los levantinos no han estado presentes en la reunión de este martes, en la que se ha fijado el caudal ecológico del Tajo en todo su recorrido, incluido antes del entronque del Jarama. Este aspecto ha sido especialmente valorado por el consejero de Agricultura.
Torrecilla pide el doble de agua en los pantanos
Francisco Pérez Torrecilla, alcalde de Sacedón, diputado regional y durante años presidente de los pueblos ribereños, se ha mostrado confiado en que lo ya conseguido y lo que está por venir ayude a la recuperación económica de la zona. El objetivo está en que la ley marque un mínimo de 800 hectómetros «o más», frente a los 400 actuales, que considera insuficientes.