No extraña que las religiones anden últimamente tan de capa caída, empeñadas todas en posponerle a sus fieles cualquier delicia terrenal hasta más allá de la muerte. Emiliano García-Page, católico confeso, alcanzó en la noche del 26 de mayo de 2019 el paraíso sin tener que estirar antes la pata, lo cual es toda una ventaja. Para conseguir ese placer celestial le bastó con arrollar a sus rivales en Castilla-La Mancha, la región que es la suya en más de un sentido: por nacimiento y por propiedad. A ver cómo la administra ahora que no tiene nada que le distraiga.
Lo de alcanzar mayoría absoluta era algo que los socialistas deseaban como el que cree en la vida futura o en el descanso eterno, tan sugerente después de años de aguantar el coñazo de Podemos, que quisieron ser la purga de Benito y han acabado saliendo por el desagüe de la historia electoral de esta región. García Molina dice que se va. Que se vaya. Y todos los suyos con él, hasta que la izquierda más izquierda encuentre alguna cabeza más despejada (perdón por la broma), con más lucidez política y estratégica. Y a los que creían que en lo local se podía ganar más troceando el voto, que pregunten en AIKE o en Unidas Podemos, que han sido capaces de poner en pie de igualdad a José Morales y a Jorge Riendas y solo a ellos. Gran ejemplo de afán suicida al que nos tienen acostumbrados, tanto da si hablamos de Madrid o de La Alcarria.
Entra Ciudadanos en las Cortes de Castilla-La Mancha, algo que les valdrá más que nada para irse acostumbrando a los pasillos del Convento de San Gil. Mejor así, siempre que al PSOE no se le suba el poder a la cabeza y la mayoría que va a disfrutar en los plenos no se convierta en un frenesí de autosatisfacción. El onanismo nunca estuvo bien visto más allá de la intimidad, e incluso su práctica está penada por el Código Civil cuando se hace en la vía pública, por lo feo que parece y por lo que altera la recta convivencia.
Alguno que conoce a Alejandro Ruiz no se cansaba de decir, semanas atrás, que ya lo veía con chófer y asesores, como representante de los "naranjas" en el Gobierno de Castilla-La Mancha. El interfecto no decía eso cuando el arriba firmante se lo preguntaba. Aunque puede que lo acariciara en lo más íntimo. Sin capacidad negociadora, Ciudadanos no vale lo que cuesta. Veremos, pues, cómo se recompone en su actual búsqueda de espacio vital a la derecha del mapa, qué hace con el Ayuntamiento de Guadalajara y, sobre todo, con Antonio Román. Toda una piedra de toque. ¿Aupar a Alberto Rojo a la Alcaldía, para ver si el socialista mejora la gestión del tan lejano Jesús Alique? ¿Echar al actual alcalde para dejar en su lugar a Carnicero? Pérez Borda (Rafael, no su hermano) quiere que le crean cuando dice que van a decidir por el bien de la ciudad. Pues que así sea.
Guadalajara es tan derechas, la ciudad y la provincia, que vota socialista, dicho sea con toda la coña posible para vergüenza de los analistas de guardia que escriben sometidos al afecto del PSOE y para aquellos que están en justo lo contrario. La delicia de ser como somos, españoles guadalajareños, es que no nos entedemos ni nosotros mismos en nuestra propia mismidad.
La Diputación Provincial también será socialista, más exactamente de quien se decida en la sede del PSOE en la calle Madrid con vistas al parque del Coquín. Luego quedará por ver si quien manda lo hace desde la Plaza de Moreno o pidiendo permiso a quienes habiten uno o varios despachos de la Ciudad Imperial, por donde andará Pablo Bellido, fulares al viento.
José Luis Blanco y María Jesús Merino, acogidos ambos bajo las siglas del PSOE, son dos de los protagonistas de la jornada dominical y ejemplos, también ambos, de que el partido es importante, pero no lo es todo. El azudense ha obtenido mayoría a pesar de todas las zancadillas aplicadas con meticulosidad por algunos de sus más destacados compañeros; mientras, la rubia, cordial e inteligente ex periodista de LA CRÓNICA ha mandado a Latre a las aulas con una candidatura formada por una mayoría de independientes. Ella misma tampoco es afiliada.
Apostilla ingenua: ¿Llegará un día en que los de a pie nos tomemos en serio la importancia de la política y cambiemos todo esto con nuestro mejor saber y entender? Una tontería que se me ha ocurrido al pasar por aquí.
Con todo lo dicho, poco queda por decir de Francisco "Paco" Núñez ni de Ana Guarinos, más allá de que los suyos están esperando a que se lo hagan mirar. No es que no encuentren el médico especialista, es que todavía no lo han empezado a buscar. Firme el ademán, imperturbables hasta la derrota final, podrían cavilar que anunciar el Apocalipsis todos los días y que este nunca llegue quizá no sea la mejor política. Es que ni siquiera es política. Y si dudan, que se lo pregunten a Lorenzo Robisco, que se ha quedado sin escaño en Toledo y será concejal raso, vaya usted a saber si del Gobierno municipal o de la oposición.
La verdad es solo una aunque tengas muchas formas: en pueblos, ciudades, diputaciones y en la Comunidad Autónoma manda el PSOE, esencialmente. Que sea para bien. Más que nada, porque el que quiera reclamar no podrá hacerlo hasta 2023.