El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vuelto a cargar este viernes contra las propuestas contempladas por el Gobierno de España en materia de financiación autonómica para dotar a Cataluña de un «tratamiento especial», afirmando que «solo faltaría que encima toda la fiesta independentista la terminemos pagando entre todos». Y no ha faltado un reproche frontal contra Pedro Sánchez (sin citarlo) y quienes le apoyan dentro del PSOE: «El progresista tiene que luchar contra los privilegios, no ampararlos»
García-Page ha respondido desde Guadalajara a las declaraciones realizadas este jueves por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en las que afirmaba que Cataluña debe tener «un tratamiento especial» en el debate financiero.
Durante el acto de celebración del 40º aniversario de la inauguración del servicio de hemodiálisis del Hospital Universitario de Guadalajara, el mandatario autonómico ha cuestionado la «singularidad de Cataluña», afirmando que «singulares somos todos».
«No tiene nada que ver Madrid, que es una sola provincia con 7 millones de habitantes, con esta comunidad que somos cinco provincias, con 2.100.000, en donde para atender la sanidad primaria en Cuenca yo necesito como presidente 50 centros, siendo la misma población toda la provincia que Fuenlabrada, que lo hace con cinco», planteaba.
Page ha cuestionado los motivos reales de las peticiones de la Generalitat catalana, afirmando que «la gran diferencia que hay, y no es una singularidad, es una ofensa, es que aquí no gastamos ni un solo euro en tener embajadas en el extranjero». «Es una propaganda para romper España», ha insistido.
«Pactar y tragar con la ultraderecha catalana»
García-Page ha afirmado que ya es «bastante duro tener que pactar o tragar con la ultraderecha catalana», declarando que le ofende «cómo en este país se hace pasar a la extrema derecha catalana, es decir, a Puigdemont» como progresista, rechazando la concesión de un tratamiento especial en materia financiera.
«De ninguna manera, no lo vamos a consentir», ha afirmado García-Page. «Sería un precio demasiado caro por mantener un puesto», ha sentenciado.