Como bien avanzaba LA CRÓNICA en una reciente y amplia información, aparcar en la calle Miguel Fluiters es algo que ya sólo formará parte del recuerdo. Este miércoles ya no es posible hacerlo, desde las siete de la mañana, como indicaban desde la víspera las señales dejadas por la Policía Local a lo largo de esta frecuentadísima vía del centro de la ciudad.
Todo eso ocurría apenas unas horas después de que la concejala Sara Simón se reuniera con comerciantes y vecinos para informales de lo que está por llegar. Es la primera de las obras previstas en el llamada «Plan del Casco Histórico como Zona de Bajas Emisiones».
«Vamos a trabajar para que la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, que es obligatoria para las ciudades de más de 50.000 habitantes, según la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, sea una oportunidad para la ciudad y para nuestro casco histórico», sostiene Simón.
Según ha comunicado el Ayuntamiento este martes, la obra se ha dividido en dos fases. En la primera se intervendrá hasta las intersecciones con las calles Doctor Benito Hernando y Román Atienza. Para acceder a esas dos calles (y al aparcamiento de la Plaza Mayor) «se desviará el tráfico por Teniente Figueroa, con subida por la calle Cronista Juan Catalina, que cambiará de sentido», indican fuentes municipales. En la segunda y última fase, los trabajos irán desde la intersección con la calle Teniente Figueroa hasta la unión de la calle Miguel Fluiters con Plaza de España.
Unas obras con freno y sin marcha atrás
Este proyecto supondrá un coste de algo más de 250.000 euros para las arcas municipales. corresponde al pliego que quedó desierto en primera instancia, allá por el mes de junio, por falta de empresas interesadas. Finalmente, lo ha asumido una empresa local, la de Jesús Cañas.
Están previstos cuatro meses de obras. Con ellas, se vana ensanchar las aceras mediante el simple procedimiento de eliminar las plazas de aparcamiento.
Árboles en uno de los lados de la calle
Se dejará la calle sólo para circulación en el mismo sentido ascendente que hasta ahora, pero sin poder estacionar. Sólo habrá alguna zona muy concreta para conductores con movilidad reducida, para motos y para carga y descarga.
En la nueva acera se contemplan alcorques, porque uno de los reclamos de esta obra municipal es que Miguel Fluiters tendrá, a partir de ahora, árboles. Uno cada siete metros, exactamente, en la acera de la derecha, en el sentido hacia la Plaza Mayor. Coches aparcados, no.