El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Son once años de lucha, once años recordando que este día es necesario porque, todavía, existen mujeres que son asesinadas, que son víctimas de un daño físico, psicológico o sexual por parte de otras personas. Este año la violencia género ha acabado con la vida de 38 mujeres en nuestro país. Esta cifra es una vergüenza para una sociedad, como la española, en la que muchos peleamos en nuestro día a día para conseguir la igualdad.
Como madre, trato de que mi hijo y mi hija comprendan lo importante que es tener respeto por las personas. Los dos son una pieza clave para construir esa sociedad igualitaria a la que aspiramos, los dos son una pieza clave para combatir esta lacra que es la violencia de género. Como yo imagino que muchas madres y muchos padres tratan de educar a sus hijos para que sean piezas claves.
Si miramos las cifras de Castilla-La Mancha son escalofriantes porque se ha atendido a más de 334 mujeres y 349 menores.
Por esto es más importante que nunca desarrollar una batería de medidas dentro del marco del Pacto de Estado contra la violencia de género, propuestas encaminadas a considerar víctimas de violencia a los hijos menores, también, que garanticen un alojamiento inmediato y seguro para todas las mujeres que deben abandonar el domicilio.
Además, es necesaria la revisión de las garantías en el procedimiento penal para asegurar que las víctimas puedan intervenir en cualquier momento del proceso, y que se endurezca el código penal, especialmente, en el caso de los reincidentes.
Pero todas estas medidas no servirán de nada, sino trabajamos en la base: es importante inculcar los valores de la igualdad y del respeto desde los más pequeños, para que ojalá, en un futuro cercano podamos decir que hemos puesto fin a la violencia.