El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, se ha reunido con los cinco presidentes provinciales del PP de Castilla-La Mancha este viernes. El encuentro se ha planteado como forma de hacer ver que preparan «una alternativa seria» al Gobierno regional, actualmente encabezado por el socialista García-Page.
Núñez considera que su partido está «listo para asumir el Gobierno de Castilla-La Mancha» y está «preparado para hacerlo» porque tiene «equipos, experiencia de muchas personas que han gestionado desde la vida municipal y ejemplos de alcaldes a los que seguir como ejemplo de trabajo».
Así se ha expresado, en declaraciones a los medios antes de mantener una reunión con los cinco presidentes provinciales del PP de Castilla-La Mancha, Manuel Serrano, Miguel Ángel Valverde, Lucas Castillo, Carlos Velázquez y Benjamín Prieto, en Villarrobledo (Albacete), junto al alcalde de la localidad y presidente local del partido, Valentín Bueno.
Núñez ha avanzado que el PP planteará en los próximos meses medidas de apoyo al sector primario, a la agricultura y a la ganadería, basándose en la llegada de los Fondos Europeos para modernizar y dar más competitividad al sector.
Bajar los impuestos será «la hoja de ruta del PP»
Propone también una bajada de impuestos como están haciendo las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP –Andalucía, Madrid, Murcia, Castilla y León o Galicia– con la eliminación del Impuesto de Donaciones y Sucesiones; la bajada del IRPF en el tramo autonómico; la bajada de impuestos como el de Transmisiones o el de Patrimonio. «Esta será la hoja de ruta del PP», ha aseverado.
También, según ha informado, plantea una gran apuesta por los autónomos y las pymes, reclamando una simplificación de la burocracia o la mejora en las ayudas a estos sectores que ven como el Gobierno de España además de subir la luz o el gasoil quiere aumentar la cuota de autónomos, algo que «pone en riesgo muchos puestos de trabajo».
Núñez ha censurado que España y Castilla-La Mancha cuenten con unos gobiernos socialistas de Sánchez y de Page que «no dan respuesta al conjunto de los problemas de los ciudadanos», agravándolos en muchos casos como ha hecho el ministro de Consumo, Alberto Garzón, con sus ataques a la carne roja, a los ganaderos y, ahora, a la hostelería, algo que se repite con cada uno de los miembros del Ejecutivo central que «están más preocupados en mantener el sillón que en avanzar».