El director general de Empresas, Javier Rosell, ha tenido la oportunidad este jueves de conocer las nuevas instalaciones de la planta de Calcín Ibérico en Quer, que dan empleo a un total de 25 personas –el 70 por ciento del municipio de Quer y el resto del entorno más cercano-. La empresa prevé alcanzar una producción anual de 73.448 toneladas de calcín, para su posterior fundición.
El calcín es, simplemente, vidrio reciclado. Como es bien sabido, el vidrio es un material que se recicla al ciento por ciente: de una botella sale otra exactamente igual y este proceso puede repetirse infinitas veces.
Los residuos de vidrio, tras ser descargados por los camiones de recogida en la planta, se depositan en una tolva, que los conducirá por una cinta para separarlo de pequeñas impurezas.
La primera fase cuenta con separador magnético, que es el encargado de eliminar residuos de metal o de envases de aluminio que pueden aparecer entre los residuos de vidrio.
Tratamiento minucioso
Después comienza el proceso de criba y trituración, en el que los primeros trozos de calcín aparecen. Pero todavía pueden existir residuos que no sean vidrio, por lo que, mediante un aspirador, se eliminan aquellos más ligeros, como el papel o las bolsas de plástico, que son separadas de los residuos de vidrio.
Durante el tratamiento, los residuos de envases de vidrio atraviesan una máquina de separación óptica, la cual también es la responsable de separar el calcín por colores. Tras esto, se aplica un último triturado
Este proyecto ha recibido una ayuda del programa de Incentivos Regionales del Ministerio de Hacienda por valor de más de 760.000 euros, que representa el 11 por ciento de una inversión total cercana a los 7 millones de euros.