¿La mejor solución para los atascos de la A-2 puede ser reducir sus dos carriles actuales a sólo dos? En puridad, eso es lo que reclama la Comunidad de Madrid desde hace años y está dispuesto a pagar el Estado, junto con el gobierno que preside Díaz Ayuso y el Ayuntamiento de Madrid, a partes iguales. Exactamente serán 10,9 millones de euros a dividir entre los tres, puesto que ese es el importe por el que se han adjudicado en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible las obras para implantar un carril Bus-VAO en la autovía A-2 entre Alcalá de Henares y Madrid.
Cuando estén acabadas estas obras que aún no han comenzado, en la autovía A-2 la norma será el uso exclusivo del carril izquierdo, en horas punta y en ambos sentidos de circulación, para autobuses y vehículos con alta ocupación… que son aquellos que lleven al conductor y a al menos otra persona más. Los que no encuentren compañero, deberán soportar con resignación los dos únicos carriles que seguirán a su disposición.
Para evitar la picaresca en el uso de ese privilegiado carril Bus-VAO, prometen un gran despliegue de tecnología, puesto que no habrá barrera física que delimite ambas zonas. Como ya explicó en su día LA CRÓNICA, y el lector puede recordar en los enlaces al pie de esta información, se recurrirá a una señalización luminosa y a unos puntos concretos de entrada y salida, desde Alcalá. A lo largo de la línea de separación de carriles central e izquierdo, se colocarán además balizas luminosas embebidas y enrasadas en el firme, que indicarán, en color rojo, los tramos en los que no es posible acceder al carril reservado y, en color verde, los tramos habilitados para ello.
El acceso al carril preferente, sólo desde cuatro puntos concretos
Sólo se podrá entrar en el Bus-VAO en unos momentos muy determinados, que serán los puntos de embarque y, una vez en el carril, sólo se podrá salir de él en el desembarque previsto en Avenida de América. En sentido de entrada a Madrid, el acceso al carril Bus-VAO se podrá realizar desde Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, San Fernando de Henares y Canillejas.
El que las obras comiencen en 2024 dependerá del departamento que ahora dirige Óscar Puente. Hasta ahora ha habido dilación tras dilación. No olvidemos que el pasa mes de marzo, el Consejo de Ministros daba luz verde a la firma de la segunda addenda al convenio, unas obras entonces valoradas en 13 millones y que se querían ver iniciadas antes de terminar 2023. Obviamente, no se ha cumplido.
El citado convenio del BUS-VAO de la A-2 fue firmado en octubre de 2019 por los Ministerios de Transporte e Interior, el Consorcio de Transportes de Madrid y el Ayuntamiento de la capital para financiar, a partes iguales, el proyecto. Entre las condiciones pactadas se fijó que la ejecución de la actuación corre por cuenta del Ministerio, del que en aquella fecha era su titular Raquel Sánchez.
Está previsto que las obras tengan tres fases, cuya ejecución se realizará simultáneamente en un único contrato de obras que durará 11 meses. Los proyectos de las fases I y II se corresponden con el sentido de entrada a Madrid y el proyecto de la fase III con el de salida de Madrid.
El miércoles, atasco por un accidente
Con lo que no habrá forma de lidiar es con los atascos provocado en la A-2 por los accidentes, que ocurren con desesperante frecuencia. A media tarde del 13 de diciembre, por ejemplo, se registraron más de seis kilómetros de retenciones a la altura de Canillejas, tanto en sentido entrada como salida.
La causa fue un accidente a la altura del kilómetro 10, en sentido salida, de la capital, que obligó al cierre del carril izquierdo y el central. A las 19.30 horas se registraban más de seis kilómetros de retenciones, tanto de salida como de entrada, debido al ‘efecto mirón’.