Que aún falten días para el 28 de diciembre ayuda a descartar que la última noticia sobre la fallida Autovía de la Alcarria sea una inocentada. El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, acaba de señalar, en una entrevista a Europa Press para LA CRÓNICA, que el convenio entre el Estado y la Junta de Comunidades para iniciar el proyecto de la llamada «Autovía de la Alcarria» está «próximo a renovarse».
Según el máximo responsable del Estado en la región, los proyectos de las autovías que unirán Cuenca y Albacete y Tarancón con la A-2 por La Alcarria está próximo a renovarse, «escenario que servirá como punto de partida a la redacción de sus proyectos».
Tierraseca recuerda que ese convenio, por el cual la Cuenca-Albacete la asumiría el Gobierno regional mientras que el estatal impulsaría la vía alcarreña, «está pendiente de ser ratificado».
«Estamos en fases iniciales de los dos proyectos, y cuando se aclare o no la vigencia del convenio, se agilizarán los trámites», ha augurado Tierraseca.
Una vez reeditado el acuerdo, cada administración se supone que asumirá tanto los plazos de ejecución como «otros elementos»: estudios preliminares, alegaciones, expropiaciones, declaraciones de impacto ambiental, licitaciones y ejecuciones de obras.
La Autovía de la Alcarria está tan olvidada en Guadalajara que los últimos en reclamarla han sido los conquenses, no los alcarreños.
Anunciada en 2004, prometida… ¡para 2008!
El 25 de febrero de 2005, José María Barreda presentó en la Biblioteca de Dávalos el estudio informativo de la futura e inalcanzada Autovía de la Alcarria. Un año antes, el entonces consejero de Obras Públicas, Alejandro Gil, presentaba en Guadalajara los dos posibles trazados de la carretera. En esa misma comparecencia, Gil anunció que las obras comenzarían a finales de 2004 para que pudiera estar abierta en 2008.
Una de las últimas veces en que la Junta sacó a la palestra la cuestión fue en diciembre de 2016, cuando ejercía como consejera de Fomento la añorada Elena de la Cruz y era ministro del ramo el olvidado Íñigo de la Serna.
Ya como presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, insistió entonces al ministro de Fomento que debía cumplir el convenio por el que se ejecutaría la Autovía de la Alcarria al mismo tiempo que el Gobierno regional haría la autovía para unir Cuenca con Albacete. Es el compromiso que ahora, aparentemente, se retoma.
La primera ocasión para plantear aquello fue un encuentro en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional. El acuerdo al que aludía Page se firmó en el año 2007. Con sorna, el presidente del Ejecutivo autonómico reflexionó que si hoy tuviesen que sentarse a hablar de nuevo sobre este asunto, «estoy seguro que no llegaríamos nunca a un acuerdo así pero una vez que ya está firmado nos quedan dos caminos, o lo cumplimos los dos o el convenio hay que revisarlo». Al final, ni lo uno ni lo otro. Por ahora.