Paranoias políticas aparte, es innegable el papel que los independentistas catalanes han conseguido tener en España desde que Pedro Sánchez ocupa la Presidencia del Gobierno. Sus apoyos imprescindibles y tantas veces esquivos en el Congreso de los Diputados han convertido a Esquerra y, sobre todo, a Junts y al ausente Puigdemont en protagonistas diarios en el país del que querrían, dicen ellos, independizarse.
Gestos como el de facilitar las intervenciones parlamentarias en catalán con traducción simultánea hacen, como efecto colateral, que la suspicacia se imponga en otros órdenes. Este viernes, cuando desde Waterloo se insiste en pedir aún más regalos a los Reyes Magos, una nota de prensa llegada a LA CRÓNICA y remitida desde la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara provocaba un amago de taquicardia. Y no por estar cargada de mensajes «en positivo» y de logros supuestos o reales con tintes encomiásticos sino, sobre todo, por aparecer encabezada por un sonoro «Tots a una».
¿Expansionismo catalán en catalán? No… al menos esta vez.
Observando con el debido detalle, se comprueba que la bandera cuatribarrada que acompaña a la expresión no es la de Cataluña sino la de esa Comunidad Valenciana tan castigada por las lluvias y la mala gestión de las administraciones.
¿Sirve para algo el gesto además de para asustar a los más despistados?
Que el lector juzgue y decida.
