El 29 de septiembre pasado, el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo informaba de la detección de la bacteria de la legionela en la red de suministro de agua en una nave del Polígono Industrial 5 de esta localidad campiñera. Este viernes, 20 de octubre, tres semanas después, ha dado por completamente segura toda la red y, en consecuencia ha levantado cualquier restricción en las calles inicialmente afectadas.
Desde el día de la alarma, además de informar a Sanidad, se había restringido el suministro de agua a esas calles dedicadas a naves industriales, que eran la del Rayo, Matabueyes, Tesoro y los números pares de Camino de Alovera. Esta parte del Polígono La Quinta es la que se extiende al otro lado de la R-2.
El problema de los «aerosoles» de agua
El alcalde, José García salinas, llegó a dictar un bando por el que quedan prohibidos los usos del agua potable en la zona afectada, en cualquier instalación que utilizara agua en su funcionamiento y produjera o fuera susceptible de producir aerosoles que supusieran un riesgo para la salud de la población, pero sí podía ser utilizada para beber.
¿Es realmente peligrosa la legionela? ¿Qué es esta enfermedad? ¿Qué relevancia tiene el brote localizado en Cabanillas del Campo?
En primer lugar, hay que subrayar, como se insistía desde el Ayuntamiento cabanillero, que el caso detectado en ese polígono no afectó nunca al suministro de agua potable del resto del municipio.
En realidad, llevamos décadas sobrellevando casos en todo el mundo de la inicialmente conocida como «enfermedad del legionario», más tarde identificada como Legionella, por la bacteria que la causa, y en los últimos años con un nombre más castellanizado y mucha menos presencia en los titulares de los periódicos… aunque nunca se haya ido de nuestras vidas.
Los afectados presentan síntomas como fiebre, tos, escalofríos o dolores musculares, similares a los de otras infecciones más comunes. La diferencia está en el origen y en las consecuencias.
- Las bacterias Legionella, que no causan problema alguno cuando se encuentran en espacios naturales, se reproducen exponencialmente en determinados ambientes, como los sistemas de aire acondicionado centralizado, incluidos los de los hospitales. Esas torres de enfriamiento han provocado en muchas ocasiones graves problemas sanitarios, hasta su localización, pero la situación se replica potencialmente en donde se provocan gotas minúsculas de agua que quedan suspendidas en el aire, con su carga de bacterias, como pueden ser desde bañeras de hidromasaje o incluso fuentes decorativas. El riesgo no se da ni en las casas ni en los coches a cuenta de los sistemas de aire acondicionado, porque en ninguno de estos dos casos se usa agua para la refrigeración.
La «legionella» en España, un mal dato
España tiene malas cifras en lo relativo a esta enfermedad. Según las estadísticas de 2021, junto con Francia, Alemania e Italia suman las tres cuartas partes de los casos de legionela detectados en Europa, que hace dos años fueron 10.723, con el resultado de 704 muertes y una tasa de 2,4 por 10.000 habitantes. Más concretamente, a lo largo de ese año se registraron 1.704 personas afectadas por esta bacteria en España, el tercer país europeo con peores datos.