Los toros de García Jiménez han ofrecido una carrera rápida y limpia, agrupados detrás de los mansos y sin aparentes incidencias.
Las puertas de la plaza se han podido cerrar rápidamente casi al paso de la manada porque, a diferencia de la víspera, no ha habido astados que se hayan quedado rezagados. De hecho, sólo uno de ellos, que hacía cola, titubeó unos instantes a la hora de seguir el camino a los toriles, ya dentro del ruedo.
Mucho más público y también más corredores que en los dos primeros días. Se han visto buenas carreras, buscando toro ya antes de Santo Domingo e incluso alguna inacabable, como la del corredor que ha hecho las curvas entre los mansos hasta cruzarse, ya en Capitán Arenas y con más agobios, delante de uno de los castaños que se lidiarán por la tarde, en un cartel que comparten Fandi, Perera y Víctor Hernández.
Según el parte oficial, no ha habido ningún incidente que reseñar en el encierro aunque sí uno, menor, en las vaquillas. En esa suelta de reses en la Plaza de Toros, con dos novillos y dos vacas, si hubo un herido leve, al caer un joven de bruces en su salto al callejón, y hacerse una brecha en una ceja que precisó de algún punto en la enfermería de la plaza.