A la una y media de la tarde del 15 de marzo de 2024 había una cita importante en el salón de plenos del Ayuntamiento de Guadalajara: una pareja se casaba allí, por lo civil.
Poco más de una hora antes, ese mismo recinto había servido para un choque de trenes político, entre el PSOE y el resto de la Corporación, a cuenta de la Ciudad del Cine.
Era el epílogo de una polémica cuya penúltima estación se cumplió la víspera, este jueves, con una reunión entre Junta y Ayuntamiento en la que José Luis Escudero expresó que consideraba «improcedente» este pleno, convocado de manera urgente y extraordinaria y que ha dejado poco o ningún margen de negociación para eventuales reuniones futuras.
A lo largo de poco más de una hora, ciertamente, no se ha visto ni oído más que el relato de lo ya conocido y, como única novedad, nuevas dosis de bilis desde alguna de las partes.
Pese a su capacidad para el sarcasmo, no fue de boca de Susana Martínez de donde salieron esta vez ni las mayores ni las más duras recriminaciones. «La Junta propone un borrón y cuenta nueva que perjudica seriamente a la ciudad». «Nosotras defendemos lo que hicieron ustedes, el PSOE, en los años anteriores en el Ayuntamiento de Guadalajara», adujo la concejala de Aike.
Dando poco crédito al «pequeño borrador» que a su juicio es el plan director presentado para la Ciudad del Cine por la Junta, Martínez insistió en suponer que «es un proyecto que le debe interesar muchísimo a Toledo pero que a Guadalajara no le interesa nada». «¿La Ciudad del Cine se tiene que quedar en Guadalajara? Por supuesto, pero hay otros espacios en la ciudad». A su juicio, el poblado de Villaflores como mejor opción. Desde hoy, también la ubicación preferida por el Ayuntamiento.
Cerca de ella, geográficamente en el propio salón de plenos y esta vez también en el sentido del voto, el portavoz de Vox despejó cualquier duda al subrayar que «este Ayuntamiento no puede suscribir ese convenio, pues si lo hiciéramos estaríamos cometiendo un fraude». De propina, le recordó a Alberto Rojo que sus bríos de este viernes contrastaban con el hilo de voz con el que votó a favor de la amnistía en el Congreso en su condición de diputación socialista, un día antes.
Alfonso Esteban resumió todo lo que se producido en las últimas fechas como «una tomadura de pelo y un despropósito» por parte de la Junta, que «sólo pretende que se dé por cumplida la sentencia de 2017». Se tomó su tiempo el edil en pasar revista a los «incumplimientos reiterados que ahora se quieren zanjar con un convenio y 7,7 millones de fondos europeos». «¿Pero cómo vamos a recepcionar una urbanización que no se ha terminado?» se llegó a preguntar retóricamente el teniente de alcalde. «Es una estafa de 22 millones de euros a la ciudad de Guadalajara», remachó, sin apelar para darle más convicción a su pasado como profesor de Matemáticas.
El también portavoz del Grupo Popular llegó a animar a la Junta para que se sienten a la mesa «sin imposiciones, que es lo único que ha habido hasta ahora», aunque según avanzaba la sesión lo de alcanzar alguna vez algún acuerdo sonaba cada vez más a una entelequia.
«No hablemos de oportunidades históricas donde hay obligaciones que cumplir desde hace años», insistía Esteban que, pese a todo, no descartaba «cerrar un acuerdo legal, para eso siempre estarán abiertas las puertas del Ayuntamiento y la mano tendida».
Alberto Rojo, en defensa del proyecto
Escuece y mucho en el PSOE el papel que está jugando Aike en todo esto. Así, no fue casual que las primeras frases de Alberto Rojo desde la bancada socialista tuvieran como destinataria a Susana Martínez, afeándole sus gestiones e incluso su propuesta de llevar la Ciudad del Cine al poblado de Villaflores.
Por si había alguna duda de cómo la considera, Rojo la definió como «brazo ejecutor». «Enhorabuena, señora Guarinos, porque la señora Martínez y el señor Riendas le hacen el trabajo», apostilló el anterior alcalde. Irónicamente, ha planteado que a Aike le den una delegación en el equipo de gobierno de PP y Vox, pues les considera parte de un «tripartito».
Más tarde, Alberto Rojo no se resistió a definir el proyecto como «un cañón», en este caso «turístico», siguiendo la estela marcada por Pablo Bellido semanas atrás, casi al inicio de toda esta tormenta política.
«Dejemos a un lado el cortoplacismo, estamos hablando de un proyecto serio» insistía, en vano. Rojo asegura que ha habido «muchas reuniones con gigantes del sector audiovisual», aunque desde enfrente lo que interesaba era recordarle que el 28 de abril de 2023 aún aseguraba, cuando era alcalde y se lo preguntó el PP, que la prometida biblioteca y las escuelas municipales irían allí, junto con los estudios cinematográficos, pues se consideraba entonces que había sitio para todo.
«El Goya para el mejor actor de reparto, para Alberto Rojo»
«Su palabra no tiene ningún valor, ninguna credibilidad», le ha espetado Alfonso Esteban. «Le van a dar a usted el Goya al mejor actor de reparto», ha proseguido. «Si usted fuera alcalde, que no lo es, no habría firmado ningún convenio porque es una barbaridad intentar perdonar 22 millones de euros a la Junta».
En su intervención de cierre del debate, Guarinos le ha pedido a Rojo que se relaje «por su bien», justo después de que el exalcalde arremetiera ácidamente contra ella, contra Vox y contra Aike. «El señor Rojo viene a darnos lecciones el día después de votar a favor de la amnistía» se explayaba la alcaldesa. «Ni nos rendimos ni renunciamos; usted, sí. (…) El señor Rojo ha mentido a este Ayuntamiento y a la ciudad durante todo este tiempo».
«Si usted tuviera dignidad, en vez de reírse como está haciendo se iría a su casa», le ha llegado a decir Ana Guarinos a Alberto Rojo poco antes de que con 14 votos frente a 11 el proyecto de Ciudad del Cine quedase en vía muerta si no definitivamente muerto, a falta de enterrarlo.
Con los novios esperando en la puerta, se levantó la sesión a las 13.33.