El pasado 12 de noviembre, una vecina de Budia notificó a la Asociación Aegithalos que un paseante se había encontrado una grulla herida en un ala. Se trataba de un ejemplar adulto que pudo haber chocado con una de las dos líneas de alta tensión que cruzan el término municipal.
Según sus testimonios, la grulla murió en la madrugada siguiente, sin que hubiera sido recogida por el Seprona o por agentes forestales ni entregada en el centro de recuperación de Guadalajara, que se encontraba cerrado.
Desde la citada asociación han denunciado «la desidia, dejación y falta de empatía por parte de los organismos implicados en las labores de protección y conservación del medio ambiente».