Eran las nueve de la noche del jueves, 15 de julio de 2021, cuando quienes se encontraban entre el Bulevar de la Sirenas y la Avenida de Francia, en el populoso barrio de Aguas Vivas de Guadalajara, vivieron momentos de enorme tensión al observar que un crío de muy corta edad se encontraba en el alféizar de la ventana, solo, en uno de los bloques de viviendas.
Fueron unos inacabables minutos, según ha confirmado uno de los testigos directos a LA CRÓNICA. Esta persona, que circunstancialmente circulaba por allí, se bajó inmediatamente del coche que conducía al ver cómo se movía, asomado al vacío, el niño. La criatura tiene unos 18 meses, según han confirmado fuentes de la Comisaría de Policía a este diario. Se trataba de un segundo piso, altura a la que hay que sumar la del local comercial de la planta baja. Unos 10 metros en total.
Un mal rato con final feliz
A gritos, después de alertar al 112, ese ciudadano pidió un mantel a un bar cercano, para procurar de amortiguar la caída, si finalmente se producía. Entre la camarera y el transeúnte dispusieron dos manteles bajo la ventana, con la angustia de ver que el niño se había incorporado y estaba de pie sobre la repisa.
Afortunadamente, con la llegada de la primera patrulla de la policía, «el crío se puso nervioso y empezó a llorar», rememora el testigo, momento en que el padre pudo recuperar al hijo desde dentro de la vivienda y dar por concluido el suceso, de la mejor forma posible.