AQ o Americas Quarterly, es una prestigiosa publicación especializada en política, economía, negocios y cultura en las Américas. En su última edición, AQ describe a cinco latinoamericanos que han encontrado soluciones para los problemas puntuales de la región.
Desde Alfonso Cuarón hasta Yalitza Aparicio, el talento mexicano es el tema trending global, pero estas celebridades mexicanas no son las únicas que destacan y hacen presencia en el mundo. También tenemos a destacados mexicanos que con sus inventos, están dejando huella y cambiando el entorno de la región.
En la última edición del Top 5 de AQ, se describió a cinco inventores latinoamericanos que convirtieron sus ideas para abordar los desafíos locales en productos con atractivo global. Dos científicos mexicanos lideran esta lista.
El primer mexicano destacado de la lista, tiene solo 27 años, y se llama Carlos Monroy. Creó un sistema que utiliza microalgas para ayudar a los mexicanos a respirar un aire más limpio. La microbióloga y también destaca la mexicana Gabriela Léon, usó su experiencia como madre de un niño enfermo para desarrollar una línea de productos higiénicos que se han utilizado en todo el mundo para combatir virus como el ébola. Ambos tienen ambiciones para un impacto aún mayor.
En la lista de Americas Quarterly también destaca la peruana Priska Díaz, otra madre cuya misión de ayudar a su hijo fue un trampolín para un negocio exitoso. Además encontramos entre los más destacados al brasileño Hugo Lima, cuyos inventos ayudan a sus compañeros cineastas negros a superar una serie de desafíos únicos; y al argentino Eduardo Fernández, un fabricante de juguetes que utiliza su experiencia para preparar a la próxima generación de inventores argentinos.
Esta lista celebra las grandes ideas de la región y ofrece sugerencias sobre cómo hacer de América Latina un lugar más fácil para que los inventores prosperen.
Carlos Monroy, inventor mexicano en el tope de la lista
El inventor más destacado de la región, es un biólogo de 27 años que ayuda a los mexicanos a respirar mejor.
La escultura de metal de ocho pies de altura en la avenida Atlixcáyotl en Puebla, México, no es solo para decoración, aunque su brillo verde de la era espacial le da a la zona un toque futurista. Más bien, este "árbol hecho por el hombre" que absorbe CO2 es un purificador de aire basado en microalgas, creación del inventor mexicano de 27 años Carlos Monroy.
"Soy un biólogo que se especializa en algas, y después de la universidad comencé a ver mi trabajo desde una perspectiva diferente, la de un producto de desarrollo empresarial para resolver problemas ambientales", dice Carlos Monroy.
Su invento, llamado BioUrban, utiliza la fotosíntesis de millones de microalgas para convertir el CO2 en oxígeno. La estructura en Puebla hace el trabajo equivalente de cientos de árboles.
BioUrban es una de las cinco patentes que Monroy ha registrado en su carrera como inventor e innovador; su primera patente la registro a los 23 años. Su primera idea fue un tubo de escape de un camión que utilizara microalgas para convertir las emisiones en hidrógeno. Esa idea se convirtió en el purificador de aire.
Después de la Universidad, Monroy se unió a un laboratorio de innovación, donde conoció a un grupo de recién graduados de otras disciplinas, y juntos crearon su Startup, BiomiTech. El prototipo basado en microalgas desarrollado por la compañía, fue el ganador de la audiencia en una competencia de inicio latinoamericana en el Instituto de Tecnología de Massachusetts MIT, en el año 2015. "El reconocimiento en el MIT condujo a la publicidad y también a los inversores a creer y apoyar nuestra compañía", dice Monroy.
El laboratorio de innovación ayudó con la parte comercial, presentando a Monroy y sus colegas a la oficina de patentes de México y a una compañía especializada que los ayudó a administrar las patentes nacionales e internacionales. “Tomamos nuestra patente en Suiza, para hacerla internacional. Ahora podemos vender en cualquier parte del mundo”, agrega Monroy.
El brillante árbol de metal de Monroy ya se está extendiendo en el extranjero, con unidades piloto enviadas a Inglaterra y a Colombia.
La idea de Carlos Monroy para lograr purificar el aire comenzó en Puebla y puede que ayude a purificar el aire de grandes y contaminadas ciudades alrededor del mundo.