A tres grados centígrados mantenemos los huevos en el frigorífico de casa. A esa misma temperatura, exactamente, estaban ya en exposición los huevos, aparentemente reales y no de atrezzo, que formaban parte del escenario callejero de MasterChef en Guadalajara, a muy primera hora de la mañana. Los lectores lo pueden ver, porque LA CRÓNICA madrugó. Los que llegaron más tarde sólo se encontraron vallas cubiertas con lonas, para evitar miradas indiscretas.
El equipo de grabación comenzaba este 31 de enero de 2024 dentro y fuera del Palacio del Infantado ocupado en sus cosas, todavía con pocos curiosos alrededor. Aunque lo de «alrededor» es relativo, porque la Plaza de España estaba tan vallada (con artilugios similares a los de la pasada cabalgata de Reyes) que asomarse y ver podía hasta entrañar sus riesgos: por delante de la fachada circulaban los vehículos sin ninguna restricción y sin espacio para los peatones, por lo que discurrir por allí era un ejercicio temerario y que ponía a prueba el civismo de los conductores ante la falta de sentido de los viandantes.
Un día nublado e invernal
Por lo demás, la jornada había amanecido de un modo ciertamente impropio para un programa de televisión. Además del frío, con esos 3 ºC centígrados que hacían obligatoria la ropa de mucho abrigo, el cielo estaba absolutamente gris y el ambiente se envolvía de algo parecido a una niebla meona que amenazaba con entorpecer aún más el propósito de la productora del programa. Por Torija, era niebla más que cerrada.
Los preparativos, como es fácil de comprender, han llevado varios días, creando una expectación creciente. Este jueves, el exterior ya erainaccesible y aún más el Patio de los Leones, que también se utilizó. Si en el exterior estaban las «cocinas», dentro era el espacio elegido para la degustación.
El resultado lo veremos en la televisión la próxima primavera, lejos ya de este día puramente invernal de Guadalajara.
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