Ganaderos, agricultores, cazadores, realeros, presidentes de cotos de caza, alcaldes y concejales de pueblos de la Sierra Norte de Guadalajara se han reunido en Cogolludo para debatir la situación que viven muchos municipios, derivada de la «sobreprotección» de lobo en esta comarca y pedir apoyo a las distintas administraciones si lo que se quieren es que se mantenga con vida.
La cita ha congregado este pasado miércoles a más de 60 personas procedentes de municipios como Galve de Sorbe, Aldeanueva de Atienza, Atienza, Romanillos, La Nava, Hiendelaencina, Las Navas, Condemios de Arriba y de Abajo, Gascueña de Bornova, La Huerce, Arroyo de Fraguas, El Ordial, Cogolludo, entre otros.
Un encuentro del que salía un manifiesto con las propuestas y reivindicaciones acordadas, que se someterá a la firma de las organizaciones participantes y se remitirá a las administraciones nacional, regional y provincial.
Los cazadores denuncian la pérdida de rentabilidad que están sufriendo los cotos, debido a la prohibición de las esperas o aguardos de jabalí, en los pueblos con presencia de lobo. Esta devalución, aseguran, influye directamente de e la economía de los pueblos.
A través de un comunicado, señalan que al haber menos cazadores , los comercios de la zona pierden negocio y, además, entre los titulares de los cotos hay muchos ayuntamientos que también están perdiendo ingresos.
Francisco Plaza, presidente de Atica, la Asociación de titulares de cotos de caza de Guadalajara, y el técnico, Juan Carlos Abajo, denunciaron que esta situación va contra la Orden de Vedas de Castilla-La Mancha, que permite el cupo libre de jabalí, precisamente por la tendencia de crecimiento de la población y supone una discriminación respecto al resto de cotos de la región.
Además, aseguran que «va también contra la Ley del Parque Natural que establece únicamente «limitaciones temporales en determinados enclaves concretos, por la afección a alguna especie amenaza» y no una prohibición general.
Por parte de los ganaderos, Fernando Moreno y Manuel Gordo, presidente y vocal de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, aseguran que «están hartos».
«Cobramos las indemnizaciones tarde y mal; muchos partes que los agentes medioambientales certifican como ataques de lobo, se deniegan después en los despachos,de Agricultura o de Medio Ambiente, no sabemos; no se indemnizan los animales desaparecidos, ni el lucro cesante (los abortos, las vacas que no se cubren».
Los ganaderos piden además a los agentes medio ambientales que «lo pongan fácil», que les avisen y les tengan informados».
Por su parte, el presidente de APAG, Juan José Laso, espera que de esta reunión se inicie una nueva etapa, «porque el futuro de la Sierra está ligado al sector ganadero, forestal, turístico y cinegético, y no puede ser hipotecado por ninguna línea política que defienda intereses contrarios a los de los habitantes de esta comarca».
Laso ha sido tajante y ha señalado que «no pueden ser menos rentables y tener menor calidad de vida por políticas erróneas que no tienen en cuenta a los que viven aquí». Por ello, ha pedido una compensación justa a los ganaderos por sus servicios ecosistémicos en la Sierra, y por convivir y mantener al lobo, «porque cualquier disminución de rentabilidad la debe pagar toda la sociedad a través de la Administración nacional y regional y también nuestros desvelos».
«Se ha decidido que haya lobo, y que viva aquí, pero eso no puede ser a costa de que otros dejen de vivir aquí. No queremos marcharnos, los habitantes de la Sierra Norte no tenemos por qué ser los que paguemos esas consecuencias. Somos los que las sufrimos. Tendremos que imponernos para que no se nos eche de nuestra casa», apuntó por su parte el vicepresidente de APAG, Ataulfo Gamo.
Por parte de los ayuntamientos hablaron Mariano Escribano, alcalde Hiendelaencina y Javier Abad, alcalde de Condemios de Arriba. Ambos se quejaron de que los principales ingresos de ayuntamientos que son por la caza y los pastos se ven mermados con esta situación además alertaron de que se están viendo lobos ya dentro del pueblo, citando el caso de Arbancón hace unas semanas.
Otra cuestión que les preocupa es que «el campo está lleno de cámaras, y no sabemos de quién son, ni se nos avisa y si nosotros queremos poner una cámara tenemos que pedir mil permisos».
El alcalde de La Huerce, Francisco Lorenzo, intervino para manifestar que tienen que ser capaces de hacer llegar y concienciar de que la sociedad urbana tiene que ayudar y costear el mantenimiento de la sociedad rural.
«Nosotros tenemos los recursos naturales, el agua, y somos sumideros de CO2«, subrayó.
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