Cinco minutos duró oficialmente el encierro de este viernes en Guadalajara, aunque fuera por culpa de uno de los dos "coloraos" de Miranda y Moreno, remiso a entrar a toriles cuando todos sus hermanos ya lo habían hecho. Hubo que volver a sacar los mansos al ruedo para convencerle de que lo hiciera.
En realidad, el protagonismo del encierro de este viernes 13 (con nada de mala suerte para nadie) lo llevó un ejemplar, negro zaíno, que quiso abrir paso desde el comienzo de La Carrera, mientras el resto de toros y los mansos marchaban agrupados. Por detrás, los pastores arreaban a varazo limpio para que la cosa tuviera el brío que faltó la víspera.
De un modo fugaz, un segundo astado se emparejó con el que abría el encierro, en el segundo tramo de La Carrera, cerca ya de Santo Domingo.
Sorteado con éxito y sin caídas el zigzag, llegados a toda velocidad a Capitán Arenas, fue el momento de ver las mejores carreras, que las hubo, esquivando por igual pitones y bordillos. Hasta algún corredor hubo que entró al ruedo entre la manada y son mayores sobresaltos.
Luego, eso sí, hubo que esperar al ojo de perdiz.