En el Pleno del pasado 31 de octubre, todos los grupos políticos mostraron su rechazo a la violencia de género votando a favor de la moción que se había elaborado en el seno del Consejo Local Igualdad.
Todos menos ellos, indica la portavoz del grupo de Izquierda Unida, María José Pérez, que lejos de sumarse a una declaración colectiva de condena a la violencia de género, confeccionada por las personas integrantes del órgano asesor, de participación y consultivo en temas relativos a la integración plena de la igualdad de hombres y mujeres, como es el Consejo Local de Igualdad, en la que además, se recogían propuestas para que las administraciones competentes incrementen los recursos con los que combatir a esta lacra, la señora Orozco con una postura frívola, xenófoba y negacionista ante un tema tan sensible, se limitó a acusarnos de permitir hablar de sexualidad en los centros educativos.
Que estén en las instituciones y argumenten que han sido elegidos por la ciudadanía, no les legitima para hablar de según qué temas de la forma en la que lo hacen, afirma Pérez a la vez que reconocer que le resulta muy difícil permanecer callada ante la lluvia diaria de falacias alentada por el partido de ultraderecha.
La violencia contra la mujer no es ejemplo cualquiera de violencia, sino un tipo específico de violencia. Hablar de “violencia intrafamiliar” es algo tan desacertado que demuestra lo poco que estos señores y señoras de Vox entienden el problema, afirma.
Con esa definición igualan las relaciones como si la violencia fluyera en un sentido o en otro en igualdad de condiciones: como si una vez le pegara el padre al hijo, otra vez el hijo al padre, después la abuela al nieto, y ya, por último, el hombre a la mujer. Lo dicho, no entienden el problema. Las cifras son abrumadoras y demuestran que no pueden ser fruto del azar, afirma la edil.
Por fortuna, celebra Pérez, la gran mayoría de ediles de la Corporación azudense demostramos estar a la altura. Condenamos y llegamos a la conclusión de que hay que seguir aunando esfuerzos para contrarrestar este tipo de violencia. Vox no puede decir lo mismo.
He hablado con mujeres que sufren violencia y sé cómo influyen esas palabras en ellas y en sus maltratadores. La actitud de Vox nos llevan a un punto crítico en el que las mujeres víctimas no solo tienen que enfrentarse a su agresor o a un sistema judicial, sino también a quienes les dice que lo que sufren es una invención, o, como mucho, una interpretación incorrecta de la realidad. No saben que al negarla no sólo se retrocede en la lucha contra esa violencia, sino que, además, la blanquean.
Pérez también ha lamentado que los casos de acoso y agresiones estén presentes en la política. Hay que actuar con contundencia, sea la formación que sea, afirma y por eso le recuerda a Vox que, a pesar de las falsas acusaciones que hacen en redes sociales, unos sí actúan con rapidez, en cambio ellos no pueden decir lo mismo, por lo que ha aprovechado para recordarles que ellos siguen manteniendo en sus filas a parlamentarios, como Carlos Flores, condenado por sentencia firme por violencia de género.
La portavoz de la formación ha terminado afirmando que la violencia contra la mujer existe como fenómeno específico porque así lo demuestran las cifras. No es cuestión de ideología, como tampoco lo es combatir esta lacra. Es un atentado contra los derechos humanos y la dignidad de las personas, que impide a nuestra sociedad continuar avanzando por la senda del bienestar y del progreso social que deseamos.
Negar que existe esta violencia es el primer paso para que se deje de luchar contra ella, y no lo vamos a permitir.