Nadie dijo que la política fuera fácil pero es que a veces parece ser más difícil de lo que debiera. Cada día tiene su afán y cada gestión sus protocolos. Hay que aceptarlo así, pero para el común de los mortales algunos rodeos resultan poco comprensibles.
En la época del Whatsapp y de las llamadas telefónicas gratuitas, la primera decisión de la Mesa del Transporte de la Diputación de Guadalajara ha sido la de enviar una carta, firmada por los portavoces de todos los grupos políticos, solicitando una reunión con la Subdelegación del Gobierno. Es el cauce ordinario, pero en tratándose del transporte y sus retrasos y entre gentes con la que cruzas mascarillas y cafés cada día también se podría optar por coger algún camino más recto.
La citada Mesa del Transporte está presidida por el vicepresidente primero de la Diputación, Rubén García, y en ella participan todos los grupos políticos representados en la Corporación. Se han reunido, obviamente, en la Casa Palacio, que está en la Plaza de Moreno, a 400 metros bien contados (según Google Maps) de donde habita en horas de trabajo Mercedes Gómez, la actual subdelegada, en el Paseo de Fernández Iparraguirre.
En el tiempo en que se tarda en redactar una carta, corregirla, imprimirla, compartirla entre todos todos y entre todos aceptarla se pueden hacer muchas llamadas de teléfono, fijo o móvil o, ya puestos, echarse a la calle y plantarse en el despacho de la representante de Pedro Sánchez en esta tierra llamada Guadalajara. Por ir ganando tiempo, que es lo que no nos sobra a nadie ya en este asunto.
La Mesa del Transporte se reunirá con una periodicidad quincenal. A ver si en la próxima sesión de este nuevo órgano ya hay respuesta del Gobierno… si la carta no se pierde entre que va y viene.
Hablando se entiende la gente, dijo un borbón. Pues aquí, no tanto.
Dicho sea todo lo anterior sin ninguna acritud aunque sí con ánimo de ayudar… y de incordiar.