No se puede decir que al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso le hayan hecho mucho caso este viernes en el Ministerio de Transportes. La Comunidad de Madrid no ha conseguido el fondo de compensación de emergencia para la red de Cercanías, valorado en alrededor de 2.000 millones de euros, para atajar las averías en ese servicio básico. En el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana considera que ese gasto no es necesario. Más inconcreta ha quedado la reclamación del tantas veces anunciado carril Bus-VAO en la A-2, desde pasado Alcalá hasta Avenida de América. Ni sí ni no, sino todo lo contrario.
Sobre los Cercanías, la Comunidad de Madrid viene reclamando al Gobierno central que habilite un fondo de al menos 2.000 millones para poner solución a los problemas, aunque ha fijado como objetivo recuperar los 5.000 millones de euros que había planteado el PP antes de ser depuesto por la moción de censura.
«No ha habido acuerdo. No consideran que haya déficit de mantenimiento», ha recalcado Pérez al término. Aún así, ha celebrado que se haya dado la reunión que había solicitado «muchas veces». Pérez ha recordado que ha acudido a la reunión con peticiones «claras».
La primera de ellas era el fondo de emergencia para las averías de 2.000 millones. Pérez considera que no ha habido un mantenimiento «suficiente» y que al analizar las averías «uno detecta los motivos» en los que se debería trabajar.
Esta primera petición entronca con la segunda, el conocimiento de la ejecución del Plan de Cercanías dejado por el PP. «Creemos que no se ha ejecutado (…) No se nos ha informado si se ha ejecutado (…) Hemos preguntado el porcentaje pero se nos ha dado una cifra de unos 500 millones», ha expuesto Pérez. Considera que el grueso de esa cifra corresponde a inversiones que «no son realidades, son estudios o proyectos».
¿Sacar el Bus-VAO de los cajones?
Además de Cercanías se han tratado otros temas de movilidad en los que es necesaria la colaboración entre las administraciones central y autonómica. En ese contexto se ha planteado expresamente el carril Bus-VAO de la A-2 desde Alcalá de Henares a Avenida de América, el de la A-1 y el tercer carril por sentido en la A-42.
Si esto ha ocurrido el viernes, el miércoles ya se utilizaba la misma cuestión en una comparecencia en Alcalá de Henares. En ella, desde el Ejecutivo madrileño se reiteraba la petición para el inicio este año de las obras de construcción del carril Bus-VAO en la carretera A2, un proyecto clave de 19 kilómetros para los municipios del Corredor del Henares.
El Gobierno regional sostiene que va a dedicar en 2023 un total de 1,6 millones para el diseño, que ya existía, de esta obra de infraestructura que consideran imprescindible. Fue solicitada por la Comunidad de Madrid en 2016 y ya se aportaron desde esa comunidad otros 1,6 millones. Este Bus-VAO beneficiaría a 11,2 millones de viajeros del transporte púbico al año, partiría desde la carretera M-300 –entre los municipios de Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares– para finalizar en el intercambiador de la Avenida de América, ya en la capital.
Un proyecto aprobado en julio de 2020
Por esas cosas que suceden en España, este proyecto sigue en limbo a pesar de haber oficialmente aprobado en todas sus fases por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en julio de 2020. El ministro, eso sí, era otro.
Esta obra, aunque planteada íntegramente dentro de la Comunidad de Madrid, afectará grandemente a los conductores de Guadalajara en su camino hacia la capital de España… el día en que se acometa. El presupuesto estimado de ejecución conjunta de las tres fases del proyecto asciende, o ascendía, a 12,5 millones de euros.
El 21 de octubre de 2021 ya se había firmado el correspondiente convenio entre las distintas administraciones implicadas. De acuerdo con ese documento, tanto la supervisión y aprobación de los proyectos como la licitación y ejecución de las obras corresponden al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
¿Cómo funcionaría el carril Bus-VAO de la A-2?
Cuando esté en servicio, quienes vayan a Madrid sólo podrán acceder al carril reservado por unos puntos determinados, que serán los puntos de embarque, y, una vez en el carril, sólo se podrá salir de él en el desembarque previsto en Avenida de América.
Concretamente, en sentido de entrada a Madrid, el acceso al carril Bus-VAO se podrá realizar desde Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, San Fernando de Henares y Canillejas.
En sentido salida de Madrid, el acceso se podrá realizar desde Avenida de América y la M-40 y se podrá salir en Coslada-San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz. Sólo podrán utilizarlo aquellos vehículos particulares con dos o más ocupantes.
Entre las 7 y las 9 de la mañana, presumiblemente, se establecerá el uso exclusivo del carril izquierdo, en ambos sentidos de circulación, para autobuses y vehículos con alta ocupación, «mediante una gestión inteligente de la carretera basada en sistemas ITS».
Para ello, no se prevé una separación física entre el carril reservado y el resto de los carriles de la calzada, sino que se proyecta un sistema de información al usuario mediante señalización luminosa variable, apoyada por una señalización fija horizontal y vertical previa, con el objetivo de indicarles el estado y situación del carril reservado y su uso con la máxima cobertura.
A lo largo de la línea de separación de carriles central e izquierdo se colocarán balizas luminosas incrustadas en el firme, que indicarán, en color ámbar, los tramos en los que no es posible acceder al carril reservado, y en color verde, los tramos habilitados para ello.
Un proyecto prometido, retrasado y casi olvidado hasta ahora
La A-2 se iba a quedar en dos carriles desde el verano de 2018 para los que van a Madrid solos en su coche. Como suele ocurrir con las promesas y los plazos oficiales, lo dicho entonces no se cumplió. En 2020 parecía que sí, pero tampoco sí.
Los redactores del proyecto, según los documentos consultados entonces por LA CRÓNICA, admitían que la restricción de uno de los tres carriles «así como las maniobras de trenzado entre los vehículos BusVAO que desean acceder por los puntos de embarque, con los vehículos No-VAO que circulan por los carriles derecho y central, traerá como consecuencia una serie de perturbaciones en el tráfico y una pérdida de capacidad en estos dos carriles, en los puntos críticos identificados en el tramo». Puro sentido común y origen de la preocupación para quienes se desplazan solos en su coche al trabajo. Y para quienes quieren seguir haciéndolo.