En los últimos días, el solar que desde hace casi un año preside el final de la Calle Mayor, en su entronque con la plaza de Santo Domingo, aparece completamente despejado si se mira entre las mallas que lo rodean y que, solo en parte, lo preservan de las miradas de los curiosos.
En las últimas semanas, parte de lo encontrado en el lateral más cercano a la antigua fachada ha sido desmontado. Se trata de la parte superior de un depósito varias veces veces centenario y que en la Guadalajara de hace siglos se utilizó para mantener la nieve que se traía desde largas distancias, para ser utilizada incluso en verano.
De ese «pozo de nieve» se han retirado sus primeros 3 metros, para poder trabajar en la construcción del edificio y aún quedaría tanto o más bajo tierra. Cuando el inmueble esté levantado, el compromiso es restituirlo a su forma original y que pueda visitarse.
Desde la Delegación de la Junta de Comunidades, que es la responsable de la supervisión arqueológica de todo lo que aflora en las obras de la región, se ha destacado a este diario que «tanto la escarpa del siglo XV como la muralla medieval que se hallaron en su día se han cubierto con una capa de tierra importante, para protegerlos y que no se vean afectados por los trabajos que siguen realizando en el solar». Para cimentar, presumiblemente habrá que pilotar perimetralmente, paso previo a seguir trabajando hacia arriba… y hacia abajo.
Desde la Administración regional se subraya, en efecto, que «una vez concluyan los trabajos de excavación, se procederá a restaurar los elementos hallados y se musealizarán en el sótano», en lo que será la segunda planta bajo el nivel de la calle. Según han confirmado otras fuentes a LA CRÓNICA, ese nivel más inferior habrá de dedicarse a trasteros y no a garaje, como estaba inicialmente previsto, para respetar los restos históricos.
Aike ya pide medidas concretas
De hecho, la presidenta del grupo municipal Aike y su único concejal en el Ayuntamiento, Susana Martínez y Jorge Riendas, han presentado una propuesta al Pleno de junio para que tanto los vecinos como los turistas puedan disfrutar de los vestigios arqueológicos hallados tras el derribo del edificio de los Solano.
«Para no perder la posibilidad de visitar los restos, proponemos iniciar los trámites oportunos para la firma de un convenio de colaboración entre la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Guadalajara y la propiedad o la comunidad de propietarios del edificio», plantean, con el fin de establecer «unas estipulaciones concretas que faciliten el acceso del público y la realización de visitas guiadas concertadas por parte de la Oficina de Turismo a los restos arqueológicos que está apareciendo en el edificio, estableciendo horarios y días concretos, así como las compensaciones que por ello hayan de considerarse para con los propietarios de la promoción», detalla Riendas.
Por su parte, Susana Martínez ha expresado en nota de prensa la importancia de conservar los restos patrimoniales que están surgiendo.
«La puesta en valor del Patrimonio Histórico y su protección viene siendo cada vez mayor en nuestra sociedad como signo y reivindicación del valor identitario que las ciudades atesoran. Desde el siglo pasado, son muchas las ciudades que velan y fomentan el conocimiento etnológico de las sociedades que habitaron nuestras ciudades en el pasado. Se trata de poner en valor el interés común frente al particular de turno, y por eso es importante la posibilidad de facilitar la visita a los emplazamientos que muestran nuestros orígenes», señala la presidenta de Aike.
Casi un año con el solar como yacimiento
Va para un año en que se acometió la demolición del anterior edificio. Tras la expectación llegó pronto la incertidumbre de muchos, ante la constancia de que la capital alcarreña iba a acumular otro solar y, esta vez, en el lugar más visible.
Rafael Pérez Borda, concejal de Ciudadanos y responsable del urbanismo de la ciudad, se dejó fotografiar el 27 de julio de 2021 delante del edificio, aún en pie, para proclamar que «a pesar del desconcierto y el ruido que hayan querido generar algunos, la realidad es que tras el derribo del edificio hay un proyecto, y, por tanto, este no va a ser un solar más en el centro de Guadalajara». Más aún, insistía en que «este equipo de gobierno quiere reducir el número de solares en el centro; por ello, pusimos en marcha el mapa de solares, y convocatorias de subvenciones como la de los estudios arqueológicos».
El número 47 de la Calle Mayor estaba incluido en la relación de edificios recogidos en el Catálogo de Edificios de Interés Cultural del propio Ayuntamiento de Guadalajara.
«La nueva edificación deberá cumplir algunos requisitos como respetar la actual composición de la fachada, la altura establecida en la ordenanza del casco, así como mantener este esquema arquitectónico tradicional, para que sea compatible con el ambiente de la calle Mayor», insistía Pérez Borda en aquel lejano día del mes de julio ante los periodistas.
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