Según ha podido confirmar LA CRÓNICA en diversas fuentes solventes, ya hay decisión judicial que podría ser definitiva para obligar a construir en la Plaza Mayor sobre los solares allí existentes desde hace casi dos décadas.
Esta misma semana, la sala de lo contencioso administrativo ha fallado sobre el asunto, dando la razón a los planteamientos del Ayuntamiento de Guadalajara frente a los propietarios del solar conocido por sus andamios, que hace esquina con la Calle Mayor. A estos particulares ya no les cabría más que plantear un recurso de casación, tras muchos años de litigio para resistirse a la obligación legal de construir.
Desde 2006, los andamios que sujetan la fachada de la antigua Pescadería del Maragato forman parte de la fisonomía del centro de la ciudad. A su lado, poco después cayó también el albergaba en sus bajos la zapatería "Marelvi", junto con sus soportales.
El solar del antiguo "Maragato", del que sólo se ha respetado parte de la fachada, supera los 700 metros cuadrados y tiene una forma muy irregular, ya que a través de un paso muy estrecho bordea el solar vecino, rodea el antiguo edificio de Telefónica y va a dar como colindante con otro edificio particular. De formas mucho más regulares y de poco más de 500 metros cuadrados es el de "Marelvi".
Estos dos solares han seguido peripecias diferentes, pero confluyendo ambas en el espectáculo de ver durante casi dos décadas ese hueco en el corazón de Guadalajara.
La parcela dejada por el "Maragato" es propiedad de quienes son dueños de ese edificio desde 1976, los constructores De la Roja. El solar de "Marelvi" ha pasado por varias manos.
Fue en el año 2014 cuando, aprovechando la posibilidad de plantear un Plan de Edificación Edificatoria (PAE), entró en el juego de esta peculiar partida de póker la sociedad Huset Capital, una SL en la que consta como administrador único e impulsor el empresario alcarreño Juan Antonio Ibáñez, socio de referencia de Urbas
Dadas las peculiares consecuencias de un PAE, los propietarios no dudaron en oponerse, con sucesivas alegaciones, a las decisiones del Ayuntamiento que ponían en riesgo su control sobre la propiedad. La legislación aplicable en Castilla-La Mancha, que es la LOTAU, recoge la obligación de edificar en el plazo máximo de dos años y, en consecuencia, facilita que otros lo hagan si los titulares originarios no lo acometen. Incluso sin necesidad de llegar a un acuerdo con sus propietarios si el Ayuntamiento da el visto bueno, como era el caso aquí y también en la Plaza de Moreno, frente a la Diputación y aún pendiente de resolución.
Antes de llegar a Albacete, el expediente ya había pasado por el contencioso en Guadalajara, que dió la razón en 2017 al Ayuntamiento.
La alternativa municipal que no cuajó
Más atrás todavía, en aquel 2014 de planteamiento del PAE, fue cuando el Ayuntamiento intentó por enésima vez sacar algo en claro echándole imaginación y sentándose con los responsables de Banesto (entidad propietaria al cien por cien entonces del solar donde bajo los soportales se encontraba la zapatería "Marelvi") y dos de los miembros de la familia propietaria del solar del "Maragato".
El planteamiento de los responsables municipales llegó a ser entonces que el Ayuntamiento asumiría por sus propios medios la construcción, aprovechando de forma conjunta ambos solares, de un nuevo edificio destinado esencialmente a futuras dependencias municipales. De este modo, la Corporación se aseguraría una rápida recuperación integral de todo el entorno de la plaza, condicionado en esos momentos por las obras del aparcamiento subterráneo pero también por las del solar sobra las que se encontraba "Tejidos Madrigal" y donde Gestesa levantó un edificio de viviendas.
El Ayuntamiento estaba dispuesto
a asumir el proyecto, la dirección de obra y el coste de la misma, que en ningún caso debería superar los dos millones de euros, según las estimaciones del arquitecto municipal cuyos servicios fueron requeridos para calcularlo. A los propietarios de ambos solares se les compensaría "en aportación", esto es mediante la entrega en propiedad de parte del inmueble resultante.
En un primer momento de las negociaciones se dio como seguro que el futuro de los bajos del "Maragato" pasaban por su recuperación como local para uso de hostelería, a lo que habría que añadir la rehabilitación de la planta sótano, que aún mantiene antiguas arcadas susceptibles de ser integradas en un diseño interior que sería atractivo por sí mismo para dar fama al citado local. No hubo acuerdo, como es fácilmente constatable.
Ahora, de nuevo, todo pasa por llegar al final de una enmarañado proceso administrativo y judicial para iniciar una nueva etapa de estos céntricos solares.