El tribunal de la Audiencia Nacional que juzga el presunto pago de la reforma de la sede del PP con dinero de la caja ‘b’ ha citado este lunes a declarar como testigo a Luis Manuel Fraga Egusquiaguirre, que fuera durante varias legislaturas el senador más votado en la provincia, por encima incluso de sus teóricos responsables locales. El singular político, que gustaba sobre todo de practicar el alpinismo, era sobrino del fundador de la formación, Manuel Fraga.
Luis Fraga, hijo de Purificación Egusquiaguirre y del diplomático y hermano de don Manuel, Marcelo Fraga Iribarne, vio cambiar radicalmente su predicamento en la sede nacional del Partido Popular coincidiendo con la llegada de María Dolores Cospedal a la secretaría general de ese partido, en el ya muy lejano 2008. Tanto, que en un Pleno en el Senado llegó a votar hasta en nueve ocasiones de manera distinta a como lo hacía su grupo. Una pataleta más notoria que otras de quien había llegado a ser presidente de la comisión de Asuntos Iberoamericanos con despacho en la sede de Génova, 13. Barruntaba su destino, aunque quizá no el largo recorrido judicial de los enredos de su compañero de cordadas.
Bárcenas y Luis Fraga eran senadores y amigos. Amigos como senadores ambos por el PP en una legislatura, pero también de antes. Compañeros como alpinistas y compañeros de cordada. Incluso compartían, además del mismo nombre de pila, presencia en la madrileña calle de Génova, pese a hacerlo con muy distinto rango.
Luis Bárcenas involucró por escrito a Luis Fraga en sus acopios de capital de dudosa procedencia en las cuentas suizas que, al final, terminaron por aflorar. Fueron los documentos internos del banco donde Luis Bárcenas tenía una cuenta con 22 millones de euros (el Dresdner Bank) los que dieron detalle de una las reuniones que en 2006 se organizaron para ver cómo dar cobertura a esos cuantiosos fondos y a la que Bárcenas acudió en compañía de «su amigo Luis F.». Con esa anotación, medios policiales y judiciales y españoles pensaron directamente en Luis Fraga Egusquiaguirre.
Viejos amigos
En efecto, Luis Fraga era una de las tres personas cuyo nombre aparecía en la ficha bancaria de Bárcenas como personas relacionadas con él. La relación entre ambos se remontaría a cuando estudiaban ICADE en la Universidad Pontificia de Comillas.
En su última legislatura, cuando ocupaba ya escaño por Cuenca, el sobrino del fundador del partido declaró en el registro de intereses tener depósitos y cuentas corrientes por un valor de 152.172 euros, así como dos planes de pensiones con más de 100.000 euros. Luis Fraga aseguró entonces haber percibido 14.000 euros en concepto de dietas, conferencias y desplazamientos por parte del PP y de la Agencia Española de Cooperación, además de poseer más de 80.000 euros en acciones y participaciones empresariales. Ninguna referencia a Suiza, por supuesto.
Por entonces, insistamos, era senador por Cuenca, una vez alcanzado por Antonio Román uno de sus mayores empeños políticos: desembarazarse de la presencia como «paracaidista» de Luis Fraga, que ocupaba espacio físico en las candidaturas y luego sólo acudía a su circunscripción para dejarse ver en la procesión de la Virgen de la Antigua y poco más. Sin embargo, el sobrino de Manuel Fraga tenía por costumbre ser el senador más votado, como logró en dos ocasiones.
También fue el más votado en 2008 en Cuenca, cuando logró más sufragios que Marina Moya, al igual que en 2004 había obtenido más votos que el propio Antonio Román y que Juan Pablo Sánchez Sánchez-Seco, por ese orden. En el año 2000, sólo obtuvo más votos que él (52.078) María Ángeles Font (53.023), mientras que Sánchez-Seco fue una vez más tercero «en concordia» con 51.760 apoyos en las urnas.
La andadura alcarreña de Luis Fraga como senador había comenzado en 1989, cuando le precedieron en sufragios Bris y Rafael Hernando, por ese orden. En 1993 y 1996 fue el segundo más votado, sólo superado por Bris y flanqueado en ambas ocasiones por Tomey.
Sainete en la cima del Everest
Bárcenas y Fraga habían protagonizado años antes un episodio casi de sainete en la cima del Everest, al intentar capitalizar el protagonismo de una muy peculiar expedición a la cima del mundo.
El diario «Mundo Deportivo» ofrece en su hemeroteca detalles pintorescos de la denominada ´Expedición de las Autonomías´, de la que aparecen como organizadores Luis Bárcenas y Luis Fraga. Ambos quisieron validar la´Vía Española´ que supuestamiente habrían abierto, en contra de la opinión de la mismísima Federación Española de Montañismo (FEM) y del Comité de Expediciones, así como del francés Pierre Beghin, una autoridad en el tema, que formó parte del equipo y que manifestaba que lo realizado era una variante de entrada y no una nueva vía.
Otro de los ocho expedicionarios, Biscen Itxaso, denunció que Luis Bárcenas y Luis Fraga tramaron todo para ser ellos los únicos que se llevaran la gloria. Además, cuenta cómo Bárcenas se vanagloriaba de ser la primera persona en bajar esquiando la arista noroeste del Everest, a lo que Itxaso replicaba de la siguiente forma: «Si yo hubiera puesto unos esquíes en mi mochila y me hubiera arrastrado por la pendiente hubiera logrado la misma hazaña que Luis Bárcenas», y es que «tuvimos que subir a buscarlo, ya que casi sin vista y sin fuerzas bajó arrastrándose y cayendo continuamente».
Más testigos
También está llamado a declarar el exsecretario general de la formación política y exministro Ángel Acebes, así como dos empresarios que aparecen en los apuntes de Bárcenas como donantes del partido.
Según el calendario previsto por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, la primera en comparecer ante el tribunal será Pilar Pulido, cuyo nombre salió a relucir en la declaración del ex tesorero del PP Luis Bárcenas.
El ex dirigente ‘popular’ señaló que Pulido tenía «relación directa» con el también tesorero del partido, el fallecido Álvaro Lapuerta, y que está vinculada a una empresa dedicada al análisis geológico previa a la ejecución de una obra. La empresaria aparece en los apuntes manuscritos de Bárcenas como supuesta autora de una aportación de 12.000 euros en 2006 y otra de 36.000 euros en 2008.
El tribunal también ha citado a Adolfo Sánchez García, apoderado de dos constructoras, miembro de la Asociación Catalana de Constructores de Obras Públicas y presidente de la Fundación Española de la Tartamudez, quien, según Bárcenas, donó dinero al partido para que le ayudasen con medidas legales.
Los conocidos como ‘papeles de Bárcenas’ reflejan un pago de 10.000 euros a ‘Adolfo S.’, a quien durante la instrucción no se pudo identificar, si bien se le relaciona con ocho aportaciones por un total de 98.000 euros.
La variante que afecta a Libertad Digital
Tras estas declaraciones, el tribunal cambiará de tercio, pues tiene previsto escuchar las primeras testificales relacionadas con el presunto uso de dinero de la caja ‘b’ para comprar acciones de Libertad Digital. En este sentido, comparecerán el expresidente de la compañía Alberto Recarte; y María Ángeles Juan Pascual, a quien Francisco Yáñez vendió 814 acciones de Libertad Digital por 89.540 euros, que previamente había adquirido a la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias.
También el que fuera secretario general del partido entre 2004 y 2008 Ángel Acebes. Su nombre ya salió en el escrito que Bárcenas remitió a Anticorrupción el pasado mes de enero junto al de otros altos cargos del PP que, según dice, recibieron ‘sobresueldos’ procedentes de la caja ‘b’.
Durante su declaración, el extesorero del PP ha repetido este punto concreto, pero también ha apuntado que el departamento que dirigía Acebes fue el que dio las instrucciones a Lapuerta para adquirir acciones del grupo de comunicación.
Sobre otro de los puntos que se están juzgando, la obra de la sede del partido, Bárcenas no ha sido tan claro sobre si el exsecretario general del partido sabía cómo se pagó. Ha dicho que Acebes sí conocía el proyecto pero que desconoce si Lapuerta le comentó que se los costes se abonarían en negro.
En cuanto a la sesión del martes, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha convocado a otras seis personas, entre ellas la jefa de la obra de la sede del PP, María Rey Salinero; y a una de las trabajadoras de Unifica, Esther D’opazo.