Los responsables del Ayuntamiento de Guadalajara, que sí rectificaron algunas cuestiones de la futura regulación de la zona azul días atrás, no han dado su brazo a torcer este 25 de octubre e insisten en convertir en algo muy peculiar la zona roja de aparcamiento en la capital alcarreña.
Ha sido en el pleno de este viernes cuando ha quedado aprobada inicialmente la Ordenanza de Estacionamiento Limitado y Controlado de Vehículos en Vía Pública, un documento que ha de ser lo bastante interesante como para que permita al futuro concesionario ganar dinero y mantener ese servicio durante los años que contemple el contrato, que aún no se ha concretado y que la actual empresa ejerce en prórroga.
Sin plazas gratuitas dentro del perímetro de la Zona de Bajas Emisiones, con más de un millar de nuevas plazas de zona azul en calles que hasta ahora eran libres y con unas tarifas todavía por conocer del nuevo parking junto a la Estación de Autobuses, lo cierto es que la novedad más hiriente a juicio de muchos vecinos (al igual que para Aike y el PSOE) es que la zona roja deje de estar pensada para los residentes del cada vez más inhóspito casco antiguo.
En efecto, la propuesta sacada adelante por PP y Vox convierte esas plazas pintadas de color rojo en lugares abiertos al estacionamiento de cualquiera, no sólo de los empadronados que ya pagan una tasa anual para lucir en su parabrisas el sello municipal que hasta ahora les daba la oportunidad de disponer de esos espacios.
La idea del Ayuntamiento es que, a partir de 2025, estacione allí el primero en ver un hueco. Si es un conductor cualquiera, pagará una tarifa más alta que la ordinaria, de un modo similar a lo que ocurre en Madrid con la zona verde. Si es vecino, con su sello al corriente de pago y no encuentra ninguna plaza roja libre, se tendrá que aguantar. Y dar vueltas. Como hasta ahora, pero muchísimo peor.
Por lo demás, Aike y el PSOE han visto como todas las enmiendas presentadas en el pleno sobre esta ordenanza han sido rechazadas. Que en la comisión el concejal López Pomeda asumiera algunos de los cambios planteados por la oposición (ver enlace más abajo) ha resultado ser un simple espejismo.
Raro será, también, que las eventuales reclamaciones de los vecinos durante el plazo de exposición pública que ahora se abre sirvan para enderezar lo que en la ordenanza nace torcido.
El pataleo como un derecho, si recordamos una vieja expresión.