En el Hospital de Toledo han comenzado a utilizar una máscaras muy especiales en los tratamientos contra el cáncer, cuando los pacientes son críos: a diferencia de las de los adultos, estas representan imágenes de superhéroes. Los sanitarios pretenden, con ello, reducir el impacto emocional que la radioterapia provoca en los chavales y, más concretamente, los medios de inmovilización usados durante el proceso.
Los pacientes deciden cómo quieren que sea el diseño de su máscara, pues lo dibuja a voluntad el enfermero de la unidad de oncología pediátrica José Luis Carpio, con una técnica de pintura inocua.
La jefa de servicio de Oncología Radioterápica, la doctora Eva María Lozano, explica que para administrar el tratamiento con la máxima precisión y seguridad es necesario, en primer lugar, realizar un TC de simulación, ya que «cada tratamiento radioterápico es individualizado y requiere de una planificación minuciosa, basada en una serie de procedimientos complejos que precisa de un equipo tecnológico y humano altamente especializado y cualificado».
Así, el TC adquiere imágenes de los pacientes que van a someterse a un tratamiento de radioterapia, como paso previo para planificar los mismos, adquiriendo datos anatómicos en la postura del tratamiento y con sistemas de inmovilización, según la localización a tratar, que garanticen que se pueda reproducir la misma posición durante el tratamiento diario.
Una idea contra la ansiedad
En este sentido, la doctora Lozano explica que «a través de este estudio, realizado a cada paciente antes de recibir el tratamiento radioterápico, obtenemos un modelo virtual del mismo a partir del cual serán definidos los volúmenes a irradiar y a proteger, y sobre el que se realizará un diseño de los campos de tratamiento y un cálculo teórico de la distribución de la dosis de prescripción antes de que el paciente reciba el tratamiento».
Para definir y fijar estos parámetros de manera constante durante todo el tratamiento se usan diversos inmovilizadores, que para los pacientes en edad pediátrica suponen una fuente de ansiedad e incluso rechazo, porque no comprende su uso, lo que dificulta el proceso de simulación. Por esta razón, esas incómodas máscaras estarán ilustradas con personajes de superhéroes.
El supervisor de Enfermería, Angel Benedit, ha indicado que para facilitar el proceso del tratamiento con radioterapia y crear un ambiente más cercano «hemos ideado un sistema personalizado de las máscaras cráneo-faciales y abdomino-torácicos con motivos infantiles, adaptados a la edad de los pequeños sin que ello interfiera en la dosimetría clínica del tratamiento».