La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica acaba de dar por finalizada la exhumación de la fosa número 3 del cementerio civil de Guadalajara, el lugar donde a partir de 1939 se sucedieron los fusilamientos de represaliados del franquismo, procedentes de numerosas localidades de la provincia. En esta fosa número 3 se han identificado los restos de 21 personas. Aún quedan 14 fosas más pendientes de exhumación.
Esta misma semana se han depositado en una sepultura los restos de 23 de los 50 cuerpos que fueron exhumados para localizar los de Timoteo Mendieta, que tanta repercusión internacional tuvo, y que no han sido reclamados por sus familias.
Al acto de la inhumación se ha sumado el alcalde de Guadalajara. De hecho, en esta ocasión el Ayuntamiento ha tenido respecto a las exhumaciones una actitud diferente a la del anterior equipo de gobierno. Esto tendrá continuidad en el futuro más inmediato.
El propósito manifestado por Alberto Rojo es que con el presupuesto de 2021, el Ayuntamiento de Guadalajara «dignifique», según el adjetivo utilizado en el comunicado oficial, «todos los espacios del cementerio municipal en los que se encuentran depositados restos de personas represaliadas y fusiladas durante la dictadura franquista». También se ha expresado el propósito de colaborar con las asociaciones de la Memoria Histórica y con las agrupaciones de familiares para facilitar los procesos de exhumaciones e inhumaciones.
Habrá un proceso de «significación»
Alberto Rojo confirmaba que la dignificación de los espacios vendrá acompañada de un proceso de «significación», con el que se alude a que se instalarán placas con los nombres de todas las personas fusiladas y arrojadas a fosas comunes «para que todo el mundo entienda que fueron represaliadas y asesinadas por defender la libertad».
Rojo ha insistido en que «no se trata de abrir heridas sino de cerrar las grietas de un sistema que no puede seguir ignorando a las víctimas de la dictadura» mientras añadía que «el reconocimiento y la conservación de espacios para honrar a las víctimas, que ya existen en otros países europeos que sufrieron regímenes dictatoriales, es una manera de recordar a la sociedad que debemos vivir en tolerancia, teniendo presente lo que no debe volver a suceder».
Una de las primeras modificaciones de ordenanzas fiscales llevadas a cabo por el equipo de Gobierno actual fue la supresión de la tasa por las exhumaciones relacionadas con las víctimas del franquismo. «Eliminamos la tasa que se quería cobrar en esta primera fosa 1 y 2, donde apareció Timoteo Mendieta. Ésta fue una de las primeras decisiones que adoptamos al inicio de esta legislatura, una decisión de justicia, y seguiremos avanzando en devolver la dignidad a estos espacios imprescindibles para nuestra memoria democrática», ha apostillado Rojo.
Los 21 fusilados de la fosa 3
Los cuerpos que ahora se han identificado son los Jesús Barriopedro, albañil de Loranca de Tajuña, militante del PCE y Comisario Delegado de Guerra durante la contienda; José Burgos, nacido en Madrid y que residía en Loranca de Tajuña, donde trabajaba como jornalero;era militante del PCE y estaba afiliado a UGT. Pascual Cañas, nacido en Alcocer, donde trabajaba como carpintero. Andrés Carrascosa, nacido en Checa, donde trabajaba como carretero y labrador. Emiliano Cobos, de Moratilla de los Meleros, que residía en Loranca de Tajuña donde trabajaba como jornalero, que estaba afiliado a UGT y durante la guerra fue presidente de sindicato en la localidad.
También afiliado a UGT y militante del PCE era Francisco Cordón, nacido en Loranca de Tajuña donde trabajaba como jornalero; Miguel de Agustín, de Chiloeches, jornalero y afiliado a UGT, y Julio de Amil, de Renera, que residía en Loranca de Tajuña donde trabajaba como albañil y era militante del PCE y afiliado a UGT.
Manuel Fernández, de Loranca de Tajuña, donde trabajaba como labrador y era alcalde y pertenecía al PCE; Ildefonso García, de Budia, labrador y miembro del Consejo Municipal en representación de UGT; José Gonzalo, de Sacedón, chófer y presidente local de UGT; Santos Horcajada, de Alcocer, donde trabajaba como jornalero, Faustino López, natural de Guadalajara donde trabajaba como albañil.
Eugenio López, de Hiendelaencina y vecino de Pálmaces de Jadraque, donde trabajaba como jornalero; Bienvenido Maldonado, de Brihuega, donde trabajaba como curtidor y botero; Ubaldo Molina, nacido en La Isabela, el desaparecido poblado cercano a Sacedón, donde trabajaba como jornalero y era presidente local de UGT; Teodoro Montesinos, natural de Chiloeches, donde trabajaba como jornalero y era militante del PCE y afiliado a UGT.
También deberían aparecer los restos mortales de Antonio Puerto, de Sacedón, donde trabajaba como carpintero, militante del PSOE y alcalde de la localidad; Romualdo Puerto, de Sacedón, donde trabajaba como jornalero; Valentín Santiago, natural de Alcocer, donde trabajaba como campesino y era afiliado a UGT. Jacinto Tapia, natural de Argecilla, donde trabajaba como jornalero; Severiano Villa, de Almonacid de Zurita, donde trabajaba como zapatero, y era militante del PCE y afiliado a UGT, además de concejal, y Tomás Lorente, de Auñón, donde trabajaba como jornalero, que fue uno de los fundadores, en 1931, de la Casa del Pueblo y fue secretario de UGT hasta el final de la guerra.