El sector ganadero en la provincia de Guadalajara "está desesperado" porque, debido a la sequía, y con ello la falta de agua y de pastos en el campo, está desde primeros de agosto obligado a hacer aportaciones de suplementos de piensos y forrajes al ganado y teniendo que llevarles barriles para que no mueran de sed.
Así lo ha apuntado a Europa Press para LA CRÓNICA el director técnico de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos en la provincia (Apag), Ángel Morales, quien ha explicado que, si bien otros años por estas fechas aún había algo de agua, este no la hay y los ganaderos se han visto obligados a llevar cubas a los puntos donde tienen el ganado o a desplazar a los animales a otros.
"El sector lo está pasando muy mal", ha indicado Morales tras aseverar que el campo se encuentra "abrasado" por la sequía y al no haber pastos, la ganadería extensiva tiene que alimentarse con suplementos, lo que conlleva un coste añadido para el ganadero.
Según ha precisado, en las zonas de Sierra –que es donde más ganado queda– los ganaderos llevan desde primeros de agosto suplementando a sus vacas y terneros con alimentos concentrados cuando otros años no lo hacían hasta finales de noviembre o primeros de diciembre.
Por ello, el director técnico de esta organización agraria ha reconocido que, con el "enorme esfuerzo" que supone dedicarse a este sector, "cuando las cuentas no salen, el que puede, sale corriendo, y si alguien tenía intención de unirse, se lo piensa muchísimo".
PRECIOS BAJOS
Además, a estos problemas Morales ha sumado el escaso precio que se paga por los terneros y corderos, que "es muy inferior al que se pagaba hace años", ha precisado.
Según Morales, en la actualidad, un cordero de unos 25 kilos se está vendiendo a unos 65 euros cuando, por estas fechas, el pasado año se vendía a unos 75, e igual ha ocurrido en el caso de los terneros.
El director técnico de Apag ve clara una tendencia general de la ganadería en la provincia alcarreña "hacia una baja pronunciada" teniendo en cuenta que hay, además un evidente envejecimiento de los dueños de las explotaciones y falta de relevo generacional.
Morales cree que a la vuelta de unos quince o veinte años serán muy pocos los que se dediquen a un sector al que augura un futuro "malísimo" en esta provincia.
Hace unos veinte años las cabezas de ganado de pequeños rumiantes giraban en torno a las 430.000 y la cifra actual ronda las 190.000; y en el caso del vacuno, la reducción también ha ido en la misma línea, ha apuntado.
Para este responsable del sector, está clarísimo que "la pelota la tienen las administraciones públicas; ellas tienen mucho que decir y hacer si quiere una ganadería extensiva sostenible y los montes limpios".
El apoyo directo y las negociaciones comerciales con terceros son vitales para este sector y, para Morales, en esta lucha juegan un importante papel las administraciones "si se quiere mantener el ecosistema y evitar también la despoblación, porque quien más fija población es el sector ganadero", ha concluido.