Consideran desde el Ayuntamiento de Guadalajara que los vermús del 24 de diciembre, marcados por la lluvia a lo largo de casi toda la jornada, no registraron «incidentes de importancia», según una fuente municipal.
Del mismo modo, sostienen desde el Consistorio que el dispositivo de limpieza y seguridad funcionó «correctamente» en las esporádicas concentraciones, que se dejaron ver cuando la lluvia lo permitió. En lo puramente etílico, sólo hay constancia de dos alcoholemias positivas.
Tampoco faltaron actos vandálicos. En uno de ellos, pagó las consecuencias un contenedor de la plaza de Santa María de la Cabeza.
Más reseñable, por las circunstancias, es lo ocurrido en el ya terminado pero todavía sin uso edificio «Arriaca Digital», en la Plaza del Concejo. En el hasta ahora conocido como Centro Cívico o Edificio Negro, los gamberros se las apañaron para acceder al interior, donde vaciaron un extintor.
Una obra acabada, pero casi inacabable
El antiguo Edificio Negro ya no puede llamarse así, en sentido estricto, ya que ha desteñido en los últimos meses, con el cambio de su cristalera. Ahora, es inevitable ver su interior cuando se está en la plaza.
Las instalaciones han tenido su última reforma desde finales de 2020. Se sigue, en parte, el proyecto planteado en el anterior mandato municipal, en el que ya figuraba la instalación de un jardín vertical en la fachada posterior, de muy pequeñas dimensiones.
El proyecto quedó empantanado después de que la anterior empresa abandonara el proyecto en sus comienzos, allá por mayo de 2019, en vísperas electorales. La reforma de este peculiar edificio ha costado más de un millón de euros, de los cuales 800.000 es de esperar que sean asumidos por la Unión Europea. El caso es similar, tanto en los importes como en la forma de financiación al de polémico Mercado de Abastos.
«Nuestro objetivo es mantener el diseño del edificio, que data de los años 70; convertir su interior en un espacio para la tecnología donde poder hacer un seguimiento de cómo están funcionando los servicios municipales, y también, que el Edificio Negro se integre en el día a día y en la vida social de la plaza del Concejo” apuntaba ahora hace un año el concejal Rafael Pérez Borda, de Ciudadanos.
El teniente de alcalde del Área de Urbanismo, que confiaba en ver terminada la reforma el pasado mes de junio, resaltaba el jardín vertical que ocupará la parte izquierda de la fachada y que “contará con un sistema de riego inteligente, lo que nos lleva a la segunda actuación importante y es que este edificio será responsable con el medio ambiente y contará con todos los certificados de eficiencia energética”. Como tercera actuación, el primer teniente alcalde destacaba que “en este edificio se contará con espacios para oficinas para funcionarios, de tal forma que será el centro donde se atenderán aquellas notificaciones que el ciudadano haga al Consistorio, a través de las Apps”.