El Gobierno de Castilla-La Mancha se marca como objetivo para 2025 eliminar el libro de texto en los centros educativos de la región, dentro de su estrategia de digitalización.
Así lo ha anunciado este miércoles el presidente regional, Emiliano García-Page, en la inauguración de la jornada ‘Castilla-La Mancha en digital. Digitalización e Innovación para impulsar la competitividad’, organizada por Telefónica.
Castilla-La Mancha también se compromete a que, en 2025, el 100% de la región esté conectado digitalmente y a la desaparición del papel en la administración pública. «Todos los trámites se harán de forma digitalizada», ha apuntado García-Page, quien ha garantizado que habrá «un periodo de adaptación» para aquellas personas que tengan dificultades para llevarlo a efecto.
El presidente castellanomanchego ha asegurado que las cosas «están cambiando muy deprisa» y se ha mostrado partidario de intentar reflexionar sobre los riesgos que tiene la digitalización.
El problema de la ciberseguridad
Una de las preocupaciones de García-Page es la seguridad, convencido de que «las grandes guerras» se van a producir «entre cables o antenas». «No es ninguna broma, hay que invertir mucho en ciberseguridad» y España, ha dicho, tiene que tomarse esto «mucho más en serio», incluso, ha abogado por que Europa construya un espacio de ciberseguridad europeo en condiciones porque esto «hace Europa».
Un continente, ha recordado, al que se le amenaza a veces desde el otro lado del Atlántico o se le amenaza desde Asia o Rusia porque Europa es «una enorme potencia económica, industrial, de consumo, tecnológica y, sobre todo, de ciencia y cultura». «Seguimos siendo para mucha gente, probablemente, el enemigo a batir».
¿Qué ocurre con la sociedad presencial?
En segundo lugar, al presidente castellanomanchego también le preocupa que la digitalización «nos haga renunciar a una sociedad presencial». «Diseñar una sociedad en la que dejemos de mirarnos a la cara o de hablar entre nosotros, es una sociedad que rompe la socialización y que, sobre todo, nos impide a los españoles controlar una parte fundamental, incluso del mercado del trabajo», ha avisado.
Es por ello que ha apostado por que se establezcan normas de control, de manera que si se hace teletrabajo en las grandes empresas «esto se quede en España», porque puede pasar, ha advertido, de que mucho trabajo se pueda hacer desde Filipinas, algo que «nos deja en precario como país».