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18 noviembre 2024
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Los agentes desbaratan la versión del acusado sobre la muerte de Nicoleta

"Jamás en la vida he visto los cortes que presenta él como una lesión defensiva sino típica de la gente que maneja un cuchillo", ha llegado a decir un guardia civil, desbaratando la tesis del acusado. Además, la víctima vivía "asustada" porque su pareja "la tenía controlada" y no le permitía ni maquillarse ni comprarse ropa, recuerda una vecina.

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Nicoleta, la asesinada en Alovera en 2021 en un caso que ahora se juzga, tenía por amiga a una vecina, que alertó al servicio de emergencias 112 para que fueran a la calle Octavio Paz, al bloque en el que vivían ambas, porque se oían voces de una pelea. El altercado terminó en crimen.

Esta amiga declaró entonces a un agente de la Policía Judicial de la Guardia Civil, testigo hoy en la Audiencia Provincial y que fue quien le tomó declaración, que la víctima vivía «asustada» porque su pareja «la tenía controlada» y no le permitía ni maquillarse ni comprarse ropa.

No ha sido el único testimonio que alimenta la tesis de que en el entorno había cierto conocimiento de las enrarecidas relaciones entre Nicoleta y quien terminaría con su vida.

La jornada de este martes se había iniciado con ese guardia civil, que insistía: «Yo le pregunté –a Davinia, la vecina– el trato de la víctima con su pareja y me contó que ella vivía un poco asustada porque su pareja no le permitía maquillarse ni comprarse ropa y tenía que recibir ella los paquetes algunas veces, porque su pareja la tenía controlada».

Otro de los agentes que participó en el acta de levantamiento del cadáver ha apuntado que las lesiones que presentaba la víctima se apreciaban a la vista, que tenía el mango de un cuchillo que le sobresalía del cuello y puñaladas en la espalda, y alguna en el brazo que no pudo precisar si podría ser defensiva, aunque sí señaló que en las manos no presentaba heridas.

Primeras contradicciones

Ya en esta segunda jornada se han dejado ver algunas contradicciones entre lo manifestado por el acusado y su propio sobrino y testigos de la Guardia Civil en relación a la forma de ser del acusado con respecto a su mujer o sobre si él actuó para defenderse de ella porque llevaba cuchillos, saliendo a relucir también que el detenido contaba con antecedentes en el ámbito de la violencia de género y figuraba que había tenido medidas de alejamiento en el año 2007, al parecer contra ella, aunque después se retiró la denuncia, según su defensora.

Así, durante la vista, otro de los agentes de la Guardia Civil que intervino en las diligencias ha indicado que para él la escena de cómo ocurrieron los hechos era «bastante clara»: un pasillo muy estrecho y una víctima con diez lesiones por arma blanca en diferentes partes del cuerpo sin que el presunto autor presentara ninguna. «No sé qué posibilidad tenía esa persona de poder huir de allí», ha señalado tras asegurar que la escena «era totalmente sangrienta», sin poderse apreciar si ella tenía heridas en las manos como le ha preguntado la Defensa.

En cuando a la afirmación del detenido de que actuó para defenderse porque ella llevaba los cuchillos, según este mismo agente de la Guardia Civil «si hubieran forcejeado cuerpo a cuerpo, sería la primera vez que la otra parte no presenta ninguna lesión con un cuchillo». «Jamás en la vida he visto los cortes que presenta él como una lesión defensiva sino típica de la gente que maneja un cuchillo», ha recalcado basándose en su experiencia.

Uno tras otro han ido declarando guardias civiles y también varios policías locales, asegurando también uno de ellos, el que esposó al detenido, que no observó ningún corte en las manos al ponerle las esposas ni él se quejó de ninguna lesión, aunque parece ser que en días posteriores llevaba las manos vendadas.

Tras recibir la llamada de una vecina diciendo que había escuchado gritos en una vivienda, este mismo Policía Local ha añadido a preguntas de la Sala que el acusado «no se quejó ni nada de eso».

También ha declarado el jefe de la sección de investigación criminal de la Guardia Civil, que se trasladó con un agente al lugar de los hechos, indicando que la víctima se encontraba «bastante ensangrentada» y que tenía heridas incisivas que eran «visibles a simple vista» aunque otras, debido a la cantidad de sangre, no se veían bien, insistiendo, en todo caso, en que no se apreciaban heridas defensivas en las manos pero coincidiendo con otro agente en que en ese pasillo «no tenía escapatoria» de ningún tipo si era atacada. «Salvo que fueras especialista en artes marciales no tenías posibilidad de salir de esa situación», ha precisado.

Declaración del sobrino del acusado

Por su parte, el sobrino del acusado, a preguntas de la Fiscalía, ha manifestado que la semana previa a los hechos «la cosa estaba un poco turbia» en su relación, asegurando tener constancia de que su tío había decidido dejarla y que le había dicho que estaba tranquilo. «No pasa nada y le deseo lo mejor, pero no puedo continuar con la relación», ha señalado que le había manifestado el acusado días previos, después de que retomara la relación con la víctima coincidiendo con el temporal de Filomena.

Preguntado sobre los problemas económicos de la pareja, el sobrino no los ha negado, pero si bien en su primera declaración había dicho que su tío le había manifestado que su mujer le estaba volviendo loco, en la sala no lo ha recordado.

En cuanto al momento del suceso, ha apuntado que su tío le llamó y le dijo: «Alberto, he matado a Clara, ven por favor», y él salió corriendo con su pareja Claudia y al entrar en la casa lo primero que vio fueron los pies de su tía y a su tío en estado de shock, apoyado en una pared frente a ella. Entonces, el preguntó qué había pasado y el detenido respondió: «No lo sé. Ha venido de forma muy nerviosa con los cuchillos y no lo sé, no lo sé».

Alberto, el sobrino, ha dado muestras en su declaración de ciertas contradicciones con respecto a lo que manifestó en la fase de instrucción, asegurando que cuando declaró la primera vez estaba cansado, llevaba muchas horas allí y le «hicieron firmar algo con lo que no estaba de acuerdo. Todo eso que dije está manipulado», ha manifestado, acogiéndose a lo que ha dicho hoy en la Sala.

Preguntado por el carácter de su tía, ha explicado que últimamente había cambiado y que cree que estaba tomando antidepresivos, e incluso que había llegado a escuchar cómo ella hablaba de forma despectiva a su tío por teléfono, asegurando que el detenido no ponía nunca pegas a cómo vestía su mujer porque «le encantaba» que su tía se pusiera guapa.


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