En un gesto poco habitual en las visitas de un jefe de Estado o de Gobierno al Vaticano, el Papa ha pronunciado un discurso ante el presidente Sánchez, su mujer Begoña Gómez, la embajadora de España ante la Santa Sede, Carmen de la Peña y otros representantes de la presidencia del Gobierno que le han acompañado este sábado.
El pontífice ha explicado que la política no es solo «un arte», sino que para los cristianos es un «acto de caridad que ennoblece y muchas veces lleva al sacrificio». De este modo, ha señalado que, a su juicio, es muy «difícil» lo que ha calificado de «hacer patria», porque ha alertado de que «siempre se encuentran coartadas para eso» que son «disfrazadas o de modernidad o de restauracionismo».
«Pablo VI, retomando también otra tradición de otros papas, decía que la política era una de las formas más altas de la caridad. La política no solo es un arte, es un acto de caridad que ennoblece y muchas veces lleva al sacrificio», ha destacado el Papa al comienzo de su alocución, de más de seis minutos.
Así, ha dejado claro que la política «no es cuestión de maniobras» o «de resolver casos, que todos los días llegan al escritorio de los políticos, sino de servicio». «El requiém más doloroso que yo leí. De una belleza extraordinaria ojalá nunca nos suceda a nosotros», ha manifestado al referirse a la canción del compositor argentino Jorge Dragones, ‘Se nos murió la patria’.
Compromisos de los políticos
Para el Papa, los políticos tienen tres compromisos claros con «el país», con «la nación y con «la patria». «Tiene la misión de hacer progresar el país», ha espetado Francisco, mientras que también ha asegurado que hay que cumplir el cometido de «consolidar la nación» como «organismo de leyes» y «modos de proceder». Para el Papa, es esto último lo que él denomina «hacer crecer la patria».
En su alocución, totalmente improvisada, el Santo Padre ha mencionado también el libro ‘Síndrome 1933’, del escritor Siegmund Ginzberg de origen turco pero que emigró a Milán (Italia) en los años 50, en el que el autor analiza la caída de la República de Weimar en Alemania y el ascenso de Hitler.
«Ahí empezó una ideología a hacer ver que el camino del nacional-socialismo y siguió hasta llegar a lo que conocemos. El drama de Europa con esa patria inventada por una ideología», ha incidido el Papa al hablar del régimen nazi.
Aprender de la Historia
De este modo, ha invitado a aprender de la Historia y ha alertado de que la situación mencionada por este intelectual italiano, que compara esa situación en la Alemania de después de la primera Guerra Mundial, pueda repetirse. «Cuidado que estamos haciendo un camino parecido», ha advertido.
En su alocución también ha insistido en la idea de que un político tiene en sus manos «el país, la nación y la patria». «Un político tiene bastante trabajo, así que no le es fácil. Usted transmítalo a los miembros de su parlamento lo que piensa el Papa de esto y el gran respeto por la vocación política, una de las formas más altas de la caridad», ha concluido.
La de este sábado ha sido la primera reunión entre el Papa Francisco y Pedro Sánchez. La última visita de un presidente del Gobierno de España fue el pasado 15 de abril de 2013 cuando Mariano Rajoy y su esposa, Elvira Fernández, acudieron al Vaticano solo un mes después de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa. En 2010, Benedicto XVI recibió en el Vaticano a José Luis Rodríguez Zapatero.
20 minutos a solas
Antes del discurso, el Papa se ha reunido en privado y sin cámaras de periodistas con Sánchez durante cerca de 20 minutos. A continuación, han entrado en la biblioteca privada, donde ha tenido lugar el encuentro bilateral con el resto de personas que componían la delegación española que se han sentado para escuchar al Papa. Posteriormente, el presidente del Gobierno se ha reunido con el secretario de Relaciones con los Estados, Monseñor Paul Richard Gallagher.
Tras el encuentro, el Vaticano ha destacado la «oportunidad de diálogo constante» entre la Iglesia española y el Gobierno de Sánchez, además de abordar temas de carácter internacional como «la emergencia sanitaria actual, el proceso de integración europea y las migraciones». Por su parte, desde Moncloa, han mencionado otras cuestiones tratadas como la globalización, el cambio climático, la migración y la educación.
En el tradicional intercambio de regalos, el Papa ha regalado al presidente del Gobierno español un relieve en bronce patinado que enmarca la figura de una mujer con un niño en brazos que entra en la columna de la Plaza de San Pedro, unas grandes manos entrelazadas en señal de fraternidad y una barca todavía en el agua con migrantes, así como los escritos más importantes que constituyen la hoja de ruta de su pontificado, mientras que Sánchez ha regalado al Santo Padre un facsímil del ‘Libro de horas’ del obispo Juan Rodríguez de Fonseca.
A bordo de un Masserati (sin que sea algo excepcional)
Pedro Sánchez llegó esta mañana puntual, en torno a las 9:12 horas, a su cita en el Vaticano, acompañado de su esposa, Begoña Gómez, en un coche de marca Masserati facilitada por el Gobierno italiano, algo habitual en estas ocasiones. Tras bajar del coche ha sido recibido por el regente de la Casa Pontificia, Monseñor Leonardo Sapienza. Ambos iban vestido de negro y llevaban mascarillas negras en el respeto del protocolo vaticano, aunque en la posterior fotos de familia difundidas por el encuentro iban sin ellas.
El presidente ha abandonado el patio de San Dámaso en torno a las 11:00 de la mañana y se ha dirigido directamente al aeropuerto de Ciampino de Roma, sin detenerse a hablar con los periodistas. Tampoco ha contestado a la pregunta al aire que ha lanzado uno de ellos sobre una posible visita a España del Papa. En este sentido, Sánchez avanzó esta semana que invitaría a Francisco a visitar España «cuando buenamente sea posible».