Hay gente pa tó, como dijo aquel sabio torero. Haciendo cola a las puertas del Teatro Real en la heladora madrugada, entre disfraces y con la esperanza de coger un asiento en la platea no para asistir a una ópera, sino a las evoluciones de los niños de Sal Ildefonso. Ha habido muchos, como todos los años. Nos hemos fijado en los más estrafalarios.
Para consuelo de quienes no hayan sido afortunados por la suerte, vayan estas fotos. Al menos, que nos quede la salud… y una sonrisa: