La Junta de Comunidades ha anunciado este viernes que los restos aparecidos «en un primer nivel» tras la demolición de edificio que se encontraban en el número 47 de la calle Mayor, conocido como «de los Solano», no corresponden a la muralla medieval de la ciudad ni a la Puerta del Mercado.
Esa es la conclusión más relevante de los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en las últimas semanas sobre el terreno. Los especialistas no descartan que existan restos de muralla en niveles inferiores, «lo que se comprobará con las siguientes fases de excavación», según han precisado. Esto supone que los elementos que han aparecido serán suprimidos, para continuar la excavación en un nivel inferior.
De hecho, el delegado de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Fernández-Montes, ha firmado este viernes la autorización para que «las estructuras de restos contemporáneos que permanecen en la parcela sean desmontadas con el objeto de que se pueda completar la excavación arqueológica en niveles más profundos y de mayor antigüedad, con nuevos sondeos que permitan confirmar si en esos niveles puede haber elementos de valor patrimonial».
En delegado ha hecho hincapié en la importancia de detectar la existencia de restos arqueológicos «que aporten detalles sobre la historia de la ciudad».
Muros de carga del XIX y del XX
Según dicho estudio, la mayor parte de los restos aparecidos corresponden a muros de cerramiento y de carga de viviendas del siglo XX y segunda mitad del XIX, así como a un pozo de drenaje y varios conductos de aguas residuales del mismo periodo.
Por el momento, en este primer nivel, se descarta que los restos aparecidos correspondan a la Puerta del Mercado ni a la muralla medieval de la ciudad. Se considera que «aun cuando ambos elementos podrían haber estado ubicados en el entorno estudiado, lo cierto es que a lo largo de los siglos se ha producido un importante cambio de rasante y el nivel actual se encuentra muy por encima del que pudo sustentar la Puerta del Mercado».
Fernández- Montes ha destacado el trabajo realizado por el equipo de arqueólogos y por el Servicio de Patrimonio de la Delegación provincial, que «hace un seguimiento exhaustivo de todos los restos que aparecen en cualquier punto de la provincia, para salvaguardar aquellos elementos que puedan tener un valor histórico, lo que supone una garantía de que velamos por proteger nuestro patrimonio».