Llegan los árboles a Miguel Fluiters. Y no es una expresión que deba pasar desapercibida, ya que en esta histórica y céntrica calle de Guadalajara nunca los ha habido.
En los alcorques que se van habilitando, los del tramo más cercano a la Plaza Mayor, este lunes se han empezado a plantar algunos ejemplares de cerezo japonés y, aparentemente, de alguna otra variedad.
Han pasado tres meses desde el inicio de las obras, que se pospusieron hasta el final de las celebraciones navideñas y ahora se topan con el comienzo de la Semana Santa y las consiguientes procesiones, que tienen a Miguel Fluiters como parte esencial de su recorrido.
En estos momentos parecen haberse intensificado los trabajos, con mayor presencia de trabajadores.
Árboles en lugar de coches
Como viene informando LA CRÓNICA, las obras de reforma de la calle Miguel Fluiters han supuesto la eliminación de las plazas de aparcamiento para, en su lugar, plantar una hilera de árboles.
Este proyecto, que el Ayuntamiento ha vinculado con la futura Zona de Bajas Emisiones, tiene un coste de algo más de 250.000 euros para las arcas municipales y viene suponiendo más que evidentes molestias para peatones y conductores, además de para los establecimientos comerciales y vecinos de la zona.