La progresiva falta de vocaciones sacerdotales y la elevada edad media de los curas hace que en diócesis como la de Sigüenza-Guadalajara, donde hay 470 parroquias, cada vez sea más frecuente que las procesiones estén presididas por laicos. ¿La razón? No hay curas suficientes para poder presidirlas. El problema se agudiza en fechas como la Semana Santa y en las fiestas de verano, que coinciden a menudo.
«Si algo bueno ha traído esta pandemia es que ha comenzado a relativizarse también esto y la gente entiende mejor que el cura no puede estar a la vez en todas las procesiones», apunta el vicario general y párroco de la concatedral de Santa María, Agustín Bugeda. Se muestra preocupado por la falta de vocaciones pero agradecido porque «gracias a Dios tenemos una docena de sacerdotes africanos que están cursando sus estudios en España y nos ayudan».
«Todos quieren tener su Semana Santa y no se puede estar en todos los sitios», insiste Bugeda. «La pandemia ha ayudado a relativizar» esta limitación. «Si la procesión la tienen que hacer los del pueblo, sin el cura y rezar el rosario y cantar, ahora se hace», reflexiona.
Casi medio millar de parroquias en la provincia
«Gracias a Dios la gente está más acostumbrada y aunque esto ya viene de antes, la pandemia ha traído algo bueno, aprender a relativizar ciertas cosas», ha incidido el vicario general.
En Guadalajara hay 470 parroquias, 420 núcleos y 270 ayuntamientos «y todos quieren tener su procesión», asume el vicario, por estas fechas, días en los que los pueblos multiplican su población.
Así las cosas, poco a poco en los templos también se va recuperando la agenda religiosa con respecto las celebraciones de bodas, bautizos y comuniones, que han vuelto a recobrar esa normalidad previa a esta crisis sanitaria, aunque sin olvidar las recomendaciones que marca el Ministerio de Sanidad.