EL PASEANTE / Las imágenes del 2024 de Guadalajara nunca vistas en LA CRÓNICA

Han estado a punto de caer en el olvido de un archivo, derrotadas por la urgencia de la información. Hoy están aquí, las imágenes del 2024 de Guadalajara nunca vistas en LA CRÓNICA. Para recorrer la otra cara de este año, aunque sea de un vistazo.

Llegados a las vísperas del 31 de diciembre de 2024, son muchas las noticias que el lector de LA CRÓNICA ha podido disfrutar este año en su diario favorito, siempre intentando aportar algo más, todo eso que nos diferencia. Y en eso juegan un papel destacado las fotografías. En los últimos meses, el lector las ha visto por cientos y cientos en estas páginas digitales. Pero hay más.

Repasando el archivo, ahora que todos nos disponemos a limpiar carpetas (físicas o virtuales) de modo que abordemos el inicio del 2025 ligeros de equipaje, han aflorado imágenes que nunca se llegaron a utilizar, aun estando hechas para ello.

La actualidad y la necesidad de inmediatez arrinconaron estas imágenes sin llegar a verse publicadas. Son pequeñas joyas algunas de ellas, mientras que otras tiene el valor de lo anecdótico. Más de lo que se acostumbra, en cualquier caso, allá por donde vayas.

Seguro que merecen, al menos, un vistazo…

Y así empezamos, porque ya no somos ni sombra de lo que fuimos (mejores o peores) como el propio fotógrafo asomado a unas escaleras del centro comercial Ferial Plaza.


Un 2024 en el que el malhumor nos ha asaltado de manera recurrente, como una condena injusta o merecida (según los casos) pero que reflejaba bien incluso este sobre de azúcar, en un bar alcarreño.


Hemos sido rehenes, todos, de una tensión política y social que, en realidad, debería obligarnos a usar tamices y a aplicar matices si nos asomáramos a la realidad con la debida perspectiva.

Como cuando el fotógrafo se detiene ante un árbol florecido en medio de la ciudad. Una imagen tan bella como desapercibida.


Hasta Guadalajara, inhóspita por descuidada en muchos aspectos, alimenta incesante la esperanza. Así es si un promotor se esmera durante meses, cada día, en alumbrar un nuevo edificio de viviendas que se ajuste al entorno (tan castigado) para mejorarlo. Esto ha pasado a lo largo de 2024 y LA CRÓNICA estaba allí, aunque hasta ahora no lo hubiera publicado.


En Guadalajara, capital y provincia, las paredes hablan. Más allá de las firmas que siembran los grafiteros necesitados de cariño, este año han quedado reflejados pensamientos rotundos, absurdos, estúpidos y sabios, enamorados o desencantados. De todo ha habido, como de todo hay en esta botica sin fórmulas magistrales que es nuestra sociedad y nuestro tiempo.


Al paso de los días, en efecto, han muerto personalidades, personajes y personas más o menos conocidas, que han dejado ausencias entre muchos, más de lo que quizá ellos nunca supusieron. Incluso aquellos que no tuvieron aquí su necrológica pero que merecen hoy un recuerdo.


Los que quedamos aquí, resistimos. La capacidad de ser y estar alcanza hasta ese baqueteado mundo de la cultura, el mismo que con tanta conmiseración analizó Unamuno en sus «Andanzas y visiones…» a propósito de las ciudades provincianas, hace más de un siglo. Allí no citaba por su nombre a Guadalajara, pero como si lo fuera.

La cultura se hace Cultura, con la mayúscula mayestática, gracias a gentes como Josepe Suárez de Puga y quienes le acompañan en la imagen o fuera de cuadro. Mientras ellos atendían, Jesús Orea presentaba uno de sus cada vez más frecuentes libros.


Y mientras vamos viviendo y respirando puede que caigamos en la cuenta de que es más hermoso un atardecer que una polémica, aunque sea por el Mercado de Abastos

…que los atardeceres tienen en su color el anticipo del siguiente amanecer…

…que Azuqueca de Henares es más que una crónica de sucesos y allí hasta puedes cruzarte con un alcalde cuando lo que te asalta es un encuadre inesperado…

…y también una provincia entera esta Guadalajara donde llenarte el estómago a una escala cósmica, quizá en Casa Goyo, como el mejor preludio de una sobremesa.


Ha sido 2024 un año de mucho mirar al cielo, al frente y también al suelo, donde quien haya prestado atención tanto ha podido ver la Amazonia asomando por una alcantarilla como un cuadro de Barceló en una acera, con forma de palomo disecado.

Aquí, en el museo cotidiano que son, también, las calles de Guadalajara.

2024 ha sido, a estas alturas ya podemos afirmarlo, una prueba superada, en la que no han faltado contratiempos técnicos que nunca han trascendido más allá de las paredes de la Redacción (como la pantalla azul de la muerte de Microsoft, que algún día asomó en algún ordenador) en el devenir constante de 24 horas por jornada y 7 días cada semana para ordenar la realidad y presentarla en este humilde Menú del Día que se paga sólo con una mirada más o menos prolongada.

Y como nada es eterno, menos aún en un periódico, nos agarramos al 2025, para encontrarnos.

Que no falte nadie.

Pasamos lista.

Todas las fotos © La Crónic@

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