Todos los años parece lo mismo, aunque cada año es diferente. La procesión de las madres, madrinas, abuelas y demás repertorio familiar –que persiguen sin tregua a sus vástagos que visten por segunda y última vez el traje de primera comunión– se mezcla por el centro de la ciudad con la cofradía de los Apóstoles, que mantiene la dignidad a todo trance, y con las autoridades civiles y religiosas. Sobre todo, aunque muchos no reparen en ello, desfila la custodia, entre revuelo de campanas.
Es la procesión del Corpus Christi en Guadalajara, más de cinco veces centenaria y que puede incluso con el «puente» que propicia la Junta de Comunidades al hacer festivo regional el jueves.
Una aproximación la ofrecemos en nuestra galería fotográfica:
