De gran solución para aislar del frío, del calor y del ruido a los propietarios de viviendas en altura a ser el presunto e incluso único culpable del mayor incendio que se recuerda en Valencia y que ya ha dejado tras de sí cuatro víctimas mortales y una veintena de desaparecidos. Las fachadas ventiladas son este viernes las grandes, y desdichadas, protagonistas de los programas de radio y televisión así como de numerosas conversaciones.
Tras el drama ocurrido en Valencia este jueves, con esas dos torres de edificios ardiendo como una tea sin justificación aparente, ha sido muy escuchado el testimonio de Esther Puchades, vicesecretaria del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia y experta en peritación de siniestros-incendios. La especialista ha resaltado que el uso de poliuretano no está prohibido en la construcción, aun siendo un material que «cuando se calienta es como un plástico, prende».
¿Eso significa que todas las fachadas ventiladas encierren el mismo peligro, si es que se acredita que ese ha sido el factor decisivo de la tragedia en la ciudad del Turia? No. La propia experta subraya que esta solución técnica se sigue utilizando hoy en día, pero con barreras cortafuegos para impedir que se propague el fuego en caso de incendio y con mejoras en la composición de los materiales.
Basta caminar por Guadalajara, especialmente por los nuevos desarrollos aunque no sólo, para descubrir fachadas muy bien rematadas con placas que tras de sí tienen una cámara de aire rellena de material aislante.
Descartan riesgos en el Hospital
Uno de los edificios más relevantes con fachadas ventiladas es el de la ampliación del Hospital General y Universitario de Guadalajara. Así se puede comprobar en la fotografía que ilustra esta información y en la propia hemeroteca, ya que en su día se destacó el empleo de esta modalidad constructiva incluso en las notas de prensa oficiales.
Según han asegurado este viernes fuentes de la Junta de Comunidades a LA CRÓNICA, «está descartado el uso de barniz ni de PVC en ninguna de las fachadas de ninguno de los nuevos hospitales», incluido el de la capital alcarreña.
Este diario ha solicitado expresamente la referencia técnica del aislamiento empleado en el complejo hospitalario de Guadalajara, hasta ahora sin resultado.
El efecto chimenea
No estamos ante una idea nueva, puesto que viene de mediados del siglo XX y de Inglaterra. Se basa en una crujía que favorece el efecto chimenea rodeando al edificio, entre la pared externa y el revestimiento, por donde el aire caliente circula hacia arriba y se escapa en verano y, cuando hace frío, hace lo mismo con el vapor de agua
Hay normas técnicas aplicables, obviamente. La referencia principal es el Código Técnico de la Edificación, responsabilidad del Ministerio de la Vivienda.
En España, según ha podido comprobar LA CRÓNICA, es especialmente preciso un documento básico del Ministerio de Fomento, publicado el 20 de diciembre de 2019, para mejorar la seguridad de los edificios en caso de incendio.
En ese texto se incide, expresamente, en la necesidad de compartimentar los tramos en fachadas con más de 18 metros de altura: «Debe limitarse el desarrollo vertical de las cámaras ventiladas de fachada en continuidad con los forjados resistentes al fuego que separan sectores de incendio. La inclusión de barreras E 30 se puede considerar un procedimiento válido para limitar dicho desarrollo vertical», se dice, literalmente.
Para los edificios con altura inferior a los 18 metros, el mismo documento indica que «la clase de reacción al fuego de los materiales que ocupen más del 10 % de la superficie del acabado exterior de las fachadas o de las superficies interiores de las cámaras ventiladas que dichas fachadas puedan tener, será B-s3,d2 hasta una altura de 3,5 m como mínimo, en aquellas fachadas cuyo arranque inferior sea accesible al público desde la rasante exterior o desde una cubierta, y en toda la altura de la fachada cuando esta exceda de 18 metros, con independencia de donde se encuentre su arranque”.
Más explicaciones para el incendio de Valencia
La rapidez con que las llamas se han extendido en el incendio del edificio del barrio de Campanar de Valencia se debe a que la propagación se ha producido a través de la fachada, que estaba construida de un material combustible, y al viento, según ha explicado a Europa Press para LA CRÓNICA el catedrático del departamento de Ingeniería Civil de la Construcción y de Proyectos de Ingeniería Civil de la Universitat Politècnica de Valencia, Antonio Hospitaler.
En concreto, como recordaba al comienzo de esta información la especialista que peritó el edificio hace unos años, Esther Puchades, la fachada contenía poliuretano, que es altamente inflamable, «y eso es lo que ha ocasionado que el edificio ardiera en menos de media hora».
La perito ha detallado que el inmueble se construyó en 2005 y, en aquel entonces, este material «no tenía la fama» con la que cuenta en la actualidad después de varios incendios ocurridos por su presencia en los últimos años.
En ese mismo sentido, el catedrático Antonio Hospitaler, que estuvo en la torre Windsor de Madrid después de que ardiera en 2005, ha detallado que la propagación por fachada es «mucho más rápida que un incendio al aire libre» y que, si esta hubiese estado construida con ladrillo y no con un material combustible, «no se hubiera propagado».
Hospitaler ha precisado que el Código Técnico de Edificación desde el año 2006, y con modificaciones recientes que ha habido, –tras 2017– «previene ese tipo de situaciones y que los materiales de la fachada no sean combustibles para evitar una propagación de incendios por la ella».
«La fachada tiene una propiedad física en la que se le pegan las llamas y, al hacerlo, suben a toda velocidad y entonces, el incendio se extiende por toda la fachada rápidamente. Eso ha provocado que se rompieran los cristales de las viviendas y se propagara el incendio al interior de las casas», ha detallado.
El ingeniero ha indicado que las investigaciones deberán determinar el origen, si las llamas comenzaron en el interior de una vivienda, pasaron a la fachada y, de ahí, al resto del edificio, o si se originó en la propia fachada.
El precedente inglés
El fuego de este jueves recuerda al incendio ocurrido en la torre Grenfell el 14 de junio de 2017. «Ocurrió exactamente lo mismo. Fue un incendio que se propagó por fachada y eso causó una actualización de la normativa europea al respecto. Es muy reciente, si este tiene diez años o 15 años, pues no le afecta ese cambio normativo, ya estaba hecho», ha apuntado. En aquel caso, «el incendio se produjo dentro del edificio, en las oficinas, y de ahí salió a la fachada y se propagó por la fachada a los pisos de arriba».