La cosecha de cereales de invierno en la provincia de Guadalajara afronta sus últimos coletazos con una cifras similares en superficie a las de 2019. Mejor en producción que la campaña anterior, unos 4.000 kilos por hectárea de media, no ha dado la calidad esperada. Aun así, se superaron los temores a la influencia, negativa, de las tormentas. Las cosechadoras no han parado hasta ahora en Guadalajara, pero ya es momento de pensar en rentabilizar al máximo lo obtenido e incluso de planificar la próxima campaña.
En 2019 se cultivaron más de 95.000 hectáreas de cebada de secano y este año han sido unas 100.000 y con respecto al trigo unos 45.000, cantidad similar al pasado año, según ha señalado a Europa Press para LA CRÓNICA el gerente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG), Antonio Torres, que ha asegurado que la calidad ha bajado, más en la cebada que en el trigo. Los granos no han presentado gran porcentaje de proteína pues el exceso de lluvias ha lavado los nitratos.
Aunque el rendimiento medio en la provincia ha sido importante en cantidad –por encima de los 4.000 kilos recogidos por hectárea–, en contraprestación los precios son más bajos que en la campaña anterior. No obstante, según el gerente de APAG, en el sector tiene expectativas de que suban en un año que consideran bastante atípico pero en el que el mundo agrario no se ha visto tan afectado en su trabajo pese a la pandemia.
Este hecho conlleva «cierta preocupación» ante el desconocimiento de cuál puede ser la salida del cereal este año en el mercado español, si se podrá o no vender todo o si, tal vez, habrá que recurrir a la exportación si tiene salida.
El doble de cebada que de trigo
La organización agraria ya esté procediendo a recoger toda la cosecha, almacenarla y a tratar de estudiar otros cauces para venderla, si fuera necesario, ha indicado el gerente.
En cualquier caso, lo que es un hecho constatable es que la cosecha de estos cultivos se puede dar prácticamente por finalizada en toda la provincia de Guadalajara, en la que se cultivan un total de 100.000 hectáreas de cebada y unas 55.000 hectáreas de trigo de un total cultivable de 250.000 hectáreas.
Por lo que respecta a los cultivos de primavera, según Torres, el girasol ha bajado algo, pasando de 25.000 a 23.000 hectáreas en siembra y lo mismo ha pasado con el maíz, pasando de cerca de 3.000 hectáreas a rondar las 2.500. La reducción se está dando concretamente en la Vega del Henares, donde se empieza a apostar más por el cereal y también por algún cultivo nuevo.